La doble estaca de los medios






La primicia sobre un acontecimiento tiene tal efecto que es capaz de cambiar el rumbo del presente futuro. Principiando con el cambio de nuestros temas de conversación, sobreinformados, informados, subinformados o desinformados, de alguna u otra manera manejamos la información y nosotros mismos nos volvemos propiamente un medio que continua con la ola de voz a voz. Allí radica el poder de la información. Mientras es bien conocido que el anonimato, la clandestinidad y la obscuridad son terrenos perfectos para esterilizar la noticia; su contraria, la viralidad, difusión y avistamiento colectivo de un acontecimiento hace sobre del acto, uno contagioso y aluzado a la vista de todos.



Es como poner el dedo sobre un asunto, cuando quedas a la orden del centro de la discusión, cuando sientes los ojos puestos sobre tu respuesta, sobre tu opinión o la explicación del asunto. La cuestión de estos momentos, tan molestos para los que se ven envueltos en ellos, es que la situación se maneja bajo altos niveles de presión; la pregunta se vuelve incisiva y con fecha de caducidad. Tardarse en responder implica una respuesta, el silencio es una respuesta, la respuesta es una respuesta, por ello darle tiempo al pensamiento es un lujo sacrificado, y cuando uno actúa por instinto es cuando perdemos las riendas de las consecuencias, quedando expuestos nuestros puntos débiles.



Poner los momentos a merced de las multitudes aumenta la presión sobre los actores, que de lo contrario, hubieran resuelto el problema sin mayores problemas. Entonces convertir al evento en primicia, crea un tema de opinión popular, que lleva a causar tanta presión que obliga a los implicados a tomar decisiones precipitadas, a veces correctas y otras erróneas



La viralidad de la noticia entonces tiene esa doble estaca , un doble filo que lacera al mismo tiempo la tierra, la cabeza del cerdo y al espectador temeroso que lo cruza.



La realidad de las imágenes, la velocidad de su propagación y su carácter infinito al menos en el ámbito digital, hace que en el mundo multinacional desaparezcan sus fronteras, entre héroes y pueblo, entre buenos y malos, entre políticos y artistas.



La primicia de una nueva, motivó el morbo para llevar a Kalimba al autodeformal prisión, y la extensiva cobertura lo que acuñó presión sobre los funcionarios de justicia y obligó a dejarlo libre. Las imágenes y el torrente de una campaña política bien orquestrado pueden mantener a políticos por más de 23 años en el poder, así como la transmisión de una noticia sobre abusos contra jóvenes tunecinos, desencadenó hasta el final, con el derrocamiento del gobierno de Ben Alí en Túnez.



Las puras imágenes de la revolución árabe se transmiten como el fuego sobre una línea de pólvora que pone en jaque a los gobiernos autoritarios del Medio Oriente.



Antes que nada, el presidente Mubarak de Egipto se apresura a taponear el internet en la zona, pues como dije, quitar el reflector nacional le ayudara en algo para controlar de la situación, que se ha fundamentado básicamente en el uso “legitimo” de la violencia. Pero esta realidad que los gobiernos desearían se complicado día con día, la digitalización de la información, la ciudadanización de los medios de comunicación y el mundo que no se cansa de saber lo que pasa alrededor del mundo, hacen complicado eso de apagar el switch de la información. No parecen entender que la conexión global puede facilmente saltear firewalls, que la locomotora de la información sólo se puede apagar si todas las maquinas en el mundo se apagan que esa arma que usan para el controlar a las masas, con facilidad se revierte contra su creador y neutraliza las mentiras, barreras, y pantallas de quienes quieran ejercerla como control.



Por ello, de alguna u otra manera, ya sea por celular, por conexiones de internet satelital o comparticion de memoria para la transimision de imagenes, una buena parte de lo que sucede adentro del pais, es ahora de conocimiento mundial.



El doble filo se entierra a todos, empresas, gobiernos y personas comúnes, con la apertura completa de la información, la consolidación de las redes sociales, con la muerte paulatina de la privacidad, con la idea de que todo se vuelve visible ante todos, con las consecuencias desenfrenadas que causan, nos dejan al final con un mundo que puede manifestarse en su multitud de verdades que conforman, esa única gran noticia de la realidad.

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