Lie in between lies.



Detrás de toda esa imagen que perpetuas durante los dias, existe un palacio real que siempre quise alcanzar. No encontré mapa que marcara tu horizonte. Se borraron los caminos y por vereda sólo chamizos confusos vuelan perdidos en un eterno solar. No encontré brújula que me alcanzara hasta la puerta que no existe. Dicen los del pueblo que aquello buscado no existe, que es una fábula que se perdió entre los temblores antes del tiempo.



No pude confiar en nadie. Sus palabras se traicionaban por los actos. Los actos eran saboteados por las palabras. Las mentiras, hemos de prevenir aquellos que decidan utilizarlas como uniforme, son el depender de aquel vestido que solamente propicia a la perdida total de la realidad. Una vez que se miente, toda vez que se pierde control sobre su propia persona. La mentira es la madre de todas las mascaras. Es mascara sobre mascara, de múltiples colores, olores. La mentira es bella sin duda. Es amante y excelsa aliada al presente. La mentira nunca piensa en mañana, vive aquí y ahora. La mentira tiene mascara de bella, por eso es fácil usarla.



Y sin embargo todo continua, aquí hoy es también mañana. No hay regreso. Cierto es, la mentira es buen insecticidita para la sobre-confianza. No la confianza sana, la que une piezas sin orilla, sino que mata toda confianza bruta, la que camina con los ojos tapados en un terreno minado.



Mientes, yo se que mientes. Lamento preguntarme desde cuando todo fue una mentira, talvez nada fue cierto, todo un invento para participar ávido en el espectáculo, con derrames, con dolores, de ser participe de un cuento que será siempre tu tragedia mientras yo me siga alejando en busca del sol.