En el Utero de la Madre Tierra




La madre tierra es nuestra madre adoptiva. Si lo pides, ella es capaz de darte todo lo que necesitas para vivir. Somos cuerpos en paso por esta tierra, venimos de la tierra y un día seremos tierra.

 

Don Toño mira retoñar los recientes brotes de lechuga y coliflor que sembraron hace medio mes. Las faldas del Volcán de Fuego de Colima alimenta su tierra con agua y nutrientes minerales. Entre los locales llaman al poblado la Yerbabuena, el pueblo mas cercano al volcán. Para llegar debes tomar la  pequeña carretera que va de Comala al volcán, llegar a la Becerrera y pasar al camino de terracería que te lleva al pueblo. Sobre el camino se erigen varios señalamientos federales que advierten del riesgo que implica visitar la zona. A una hora de camino desde Colima finalmente llegas al ultimo pueblo antes del volcán. La Yerbabuena es un pueblo pequeño, no mas de 13 familias según el ultimo censo. En la plaza central del pueblo esta resguardado un regimiento de guachos, como comúnmente se les dice a los soldados. Están que para proteger en caso de una eventualidad volcánica. Es una zona donde siempre existe ese riesgo, tanto puede que el volcán siga dormido como un día simple y sencillamente se despierta.

 


Para los pocos pobladores de la Yerbabuena, esa tierra es la que les dio vida y donde ellos darán la suya. Sin posibilidad de reubicación, ellos se atrincheraron en sus casas y sus terrenos, y no se dejaron convencer por los del gobierno. Formaron una resistencia.

 

Don Toño lleva tiempo organizándose con las otras familias para trabajar comunalmente. Don Toño  tiene una aura diferente a los demás. Se siente cuando estas cerca de él. Cuando entras a su casa te recibe en un cuarto de donde cuelgan pinturas sobre Hermanos Galácticos, un Señor misericordioso y la coloración del cuerpo según energías. Esa metafísica se deja sentir mientras lo escuchas, hablando de los tiempos, de la misión del hombre, la relación con la tierra, de su propia misión en ayudar en la purificación del hombre, poder que recibió de la tierra a través de los temazcales.

 


El temazcal es una antigua tradición mesoamericana. Se trata de la elaboración de un ritual dentro de in igloo fabricado de adobe. Estando uno dentro se le van metiendo piedras ardiendo. Piedras de volcán. Al rojo vivo son acomodadas en grupos de 13 al centro del igloo y este es cerrado. Don Toño recoge agua de una cubeta y la derrama sobre las piedras que chillan a su contacto. Lloran en forma de el vapor que empieza a inundar el lugar.

La oscuridad, el pequeño espacio y el calor llevan al cuerpo y la mente a otros niveles de conciencia y concentración. Uno esta solo ante todo, y guiado por las palabras del guía, uno reconoce errores, perdona, ama, coopera y deja que el vapor se lleve todas las malas vibras, todo el cochambre.


-Estamos en el útero de la madre tierra, dice Don Toño

 

Después de dos puertas (sesiones ) de 13 piedras, uno a uno va saliendo a la noche. Las estrellas iluminan el inmenso manto espacial. Los grillos rugen en una hermosa sinfónica. Un balde de agua espera cerca con una jícaras que flotan en la superficie. Tomas la jícara y la sumerges en el agua.

 

El cuerpo esta dividido en cuatro zonas, la cabeza, el área de la tiroides (cuello), el área del ombligo y los pies.

 

-Es a los cuatro puntos donde dejas caer el agua. En un suspiro renaces como un hombre nuevo. Sales de un largo transe del calor para revivir en el mundo terrenal.

 

La purificación se cierra con el agua fría, que cierra los poros de la piel.

 

Después de eso Don Toño nos comenta de este su proyecto en esta vida. Atrás del terreno el se ha dedicado a cubrir sus propias necesidades.


- Ya no extraño la ciudad, aquí esta todo lo que necesito, la madre me da lo necesario para que yo y mi familia vivamos bien.


De una noria obtiene el agua que el volcán le proporciona. Esta la guardan en tambos de plástico donde se mantiene fresca.



La restante mayoría del terreno esta dividido en largos rectángulos. Los rectángulos  están levantados varios centímetros sobre el nivel de tierra. Estas son conocidas como camas biodinámicas. Están hechas con las sobras de la milpa cosechada en la temporada anterior, y tierra de composta creada con los desechos orgánicos de la casa y la naturaleza.

Sus tierras están sembradas con una variedad de verduras. En los primeros rectángulos se ven erguidas las pequeñas flores amarillas del tomate.  En otro se deja ver el bulbo rojizo de un rábano. Los últimos dos rectángulos están repletos de ramas que pronto descubrimos son cilantro.

 

-¿Para que tanto cilantro Don Toño?

- A todo le ponemos, le da sabor, y también hacemos ensaladas con la hoja, que es muy bueno para el estomago.

 

Su filosofía es sencilla y sabia. El mundo parece estar en un completo caos. El agua del volcán querían sacarla de los pozos para regar jardines. Eso no es lógico, no va a pasarnos aquí. La comunidad de 13 familias en la Yerbabuena se resiste a que sus tierras sean acribilladas por el progreso.

 

No cultivan para vender, cultivan para sobrevivir. También han sabido amaestrar el arte del cuidado de las abejas.  Manteniendo varias colmenas repletas de esos bichos que viajan entre el terreno en busca del polen que convertirán en miel.

 


Al día la resistencia continua. Los guachos continúan esperando las ordenes del mayor o del volcán para actuar. Los niños de la Yerbabuena aprenden desde pequeños a sembrar y a reconocer su entorno. Respetan lo que les rodea y lo utilizan para bien. Con risas y sonrisas nos sentamos alrededor de una fogata donde la señora de la casa preparo té de canela y un poco de galletas de animalitos. Los chistes, comentarios y anecdotas de todas partes forma una deliciosa sesión de fraternidad. Las despedidas son rápidas y sin mucha algarabía, solo los niños nos acompañan hasta mi troca , en donde nos piden que regresemos. Y seguro así será, por que una vez que ves el poder de la tierra, prefieres estar con ella para siempre.

 

Agua que no has de Beber, Seguro esta Envenenada




Dicen por allí que el río Santiago esta contaminado. Que no nomás contaminado, esta requetecontaminado. Que la gente se muere entre zancudos de cáncer, entre olores de decadencia, que se mueren por la bendicion del progreso. 


El río Lerma-Santiago es el río más largo del país. Eso nos dicen en la clase de geografía en la primaria, y realmente es verdad, pues tiene una longitud de 1270 kilómetros. Nace en el Estado de México y cruza medio occidente para desembocar en el Océano Pacifico, cerca de San Blas en Nayarit.  A su paso, las ciudades han utilizado sus aguas para verter los residuos de las muchas plantas industriales ribereñas. Fluye nuestra productiva humanidad en los tubos de polietileno o algún otro material resistente.  En el río se derrama el progreso de la capital, de Guanajuato y Michoacán, llega al estado de Jalisco y forma el lago más grande del país, el lago de Chapala.


Los municipios de Juanacatlán y El Salto, Jalisco, se encuentran a 35 kilómetros de distancia de la ciudad de Guadalajara.  Forman parte de  zona conurbana de Guadalajara, un conjunto de municipios que abarcan a Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlalquepaque, El Salto, Juanacatlán, Tlajomulco de Zúñiga e Ixtlahuacán de los Membrillos. Han de ser un poquito más de seis millones de personas las que viven en esta gran urbe.



Juanacatlán y El Salto suman juntos mas de 120 000 habitantes. En las cabeceras de Juanacatlán residen 8 206 habitantes. Viven como 19 794 habitantes en El Salto. En ese punto donde el río cruza los dos poblados, existe una caída de 20 metros de altura. En mejores tiempos esta cascada era un hermoso paisaje para los ojos de los pobladores. Incluso se le apodaba “El Niágara Mexicano”. Pero ahora que son sus malos tiempos, el agua cae con fuerza hasta las piedras del fondo de la cascada. La brisa se despega del cielo y vuela para formar un arcoiris de colores psicodélicos. La revoltura del agua crea esa espuma toxica que brinca en veces hasta el mismo puente. Los niños corren con tapabocas. Los carros cierran sus ventanas para que no entre nada de esa pestilencia.



Los enormes galerones industriales son los responsables de la fabricación de los productos que compramos en el mercado. Pero de esos procesos, son desechados los residuos de los procesos directos al rio, lamentablemente con un casi nulo tratamiento. La agrupación ambiental Un Salto de Vida AC ha detectado los siguientes tóxicos usados en la región y desechados en el fluyente del rio.  El acido sulfhídrico viene de los desechos orgánicos como desperdicios de animales y residuos orgánicos en descomposición. Existen altos niveles de arsénicos, cromo y plomo, que en altas concentraciones son causantes de desordenes en pulmones, hígado, varios tipos de cancer e incluso la muerte.


La famosa cascada que separa a El Salto de Juanacatlán, ahora solo se deja ver por la espuma que se crea de los contaminantes en el agua. Enrique Enciso, poblador de El Salto comenta.


“El progreso nos vino a chingar. Antes en este rio uno podía pescar bagres, antes se podía uno comer los mangos que crecían a la orilla del rio, antes uno se bañaba con la brisa de la cascada. ¿Ahora cual? Esta parte del rio esta muerta. No hay peces, solo zancudos. No hay mangos, solo lirios. Como es posible que la casa que vive alado de la cascada, tenga que contratar una pipa para abastecerse de agua. Es ilógico”.


En la región industrial de El Salto se fabrican desde tornillos hasta aceros. Estan asentadas fabricas químicas, metal-mecánicas, manufactureras, electrónicas, industria agropecuaria, tequilera, de alimentos y construcción

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¿Que mas se tira en el río? Pues también la caca. No quiero ser grosero pero es la palabra que utilizamos para cuando defecamos. Caga el wey, caga la vaca, y hasta la princesa más bonita tira sus bolitas de caca. Por los drenajes van todos los fluidos fecales de Guadalajara a dar a ese lugar que no conocemos. Mala suerte para El Salto y Juanacatlán.  815 litros por segundo de aguas negras al río. Vienen de todas familias, de los Rodríguez, de los Acosta, de los Gonzáles y los Sandoval. Con un  tratamiento minimo, fluyen a través del Cármaco de La Huizachera y que luego viene a dar al Canal del Ahogado.  Y ese canalito viene a integrarse al fluyente del Río Santiago. Allí se junta con todo el cochambre. Los peces lo comen y mueren. Las plantas lo huelen y se derriten.  Y exactamente en ese punto, donde pestilencia y putrefacción química se tiran al sol, es allí donde vive la gente de El Salto y Juanacatlán.



Ahora a todo esto súmese las 3,400 toneladas diarias que van directito al súper vertedero de Los Laureles, a escasos kilómetros de los poblados de El Salto y Juanacatlán. El vertedero de Los Laureles esta administrado por la empresa privada Caabsa Eagle SA de CV, manteniendo un contrato para lo diferentes municipios de la zona conurbana de Guadalajara (Guadalajara. Tlajomulco. Tonalá. El Salto. Juanacatlán. Ixtlahuacán de los Membrillos), para la recolección y el tratamiento de los residuos sólidos. El terreno de la basurera en  Los Laureles es la zona de tratamiento de estos residuos. Ahora, el problema es que se dice de este vertedero como si fuera un relleno sanitario, más no lo es. Y créanme que mucha gente significa, un buen de basura.


Entender este problema en su carácter local-global es de suma importancia. Urjo a usted entender que cada bolsa de basura a la cual usted no aplica una buena separación de residuos, termina en el basurero que afecta a los pobladores de la región. Cada vez que usted compra los productos de las fábricas que tiran sus residuos sin tratamiento al río, lo vuelve parte del problema. Cada vez que usted jala su escusado, deja ir su caca al río que se envenena. Y algunos dirían que eso es problema de alguien más, mas no lo es, pues con esa agua riegan los betabeles, los cebollines, las milpas y las jícamas. Es el agua que toman las vacas que  van al rastro. ¿Y saben a donde llevan todos esos productos? A la central de abastos o los supermercados, y entonces entiende que esas verduras que cocina están contaminadas con su basura y su excremento. ¿Ahora entiende la magnitud del problema?

Hombres de Queso






Había una vez un pastor que caminaba por el monte junto a su ganado.  El pastor buscaba la mejor pastura entre piedras y valles, siempre cuidaba de sus vacas como si fueran sus hijos, y por ello recibía de su ganado la carne y la leche para alimentarlo. Pero resulta que un buen día, una vaca que había dado a luz a un hermoso ternero, murió de enfermedad. El pastor, triste ante el acontecimiento, decidió sacar la leche de la difunta res con la que alimentaría al ternero. La resguardo en uno de los  estómagos de la vaca pues no tenia otro recipiente para el liquido. Ese estomago es conocido como cuajo,  lo colgó alrededor de su cuerpo y continuó con su misión original, dar de comer a sus vacas y llegar a casa.

Cuando llego a su hogar, metió a los animales adentro del corral y fue en busca de su esposa. Cuando le quiso mostrar el cuajo lleno de leche, cual fue su sorpresa que no existía ya leche, sino una masa sólida comestible a la que días después llamo queso.

 


El queso es un producto derivado de las vacas y las cabras. Es el resultado de un proceso de fermentación de la leche. Actualmente existen en el mundo un sinnúmero de variedades de quesos. Esto se debe a que el queso es un alimento básico en muchas de las culturas mundiales. La gente a conocido desde inicios del tiempo que la producción de queso era fundamental para el aprovechamiento de los recursos en el ambiente.

 

Pero el queso de ahora no es como el queso de antes. Enormes consorcios han industrializado el producto hasta volverlo insaboro. Quien sabe que tendrán, pero desde manchego hasta el chihuahua, un campesino y un chef  dirían que esos queso no tienen sabor.

 

De esta idea partieron una pareja de sinaloenses para fabricar quesos reales y venderlos como tal.


Afueras de Los Mochis deja ver una  pequeña y escondida casa dentro de un rancho ganadero. Adentro un refrigerador repleto de queso. Para comer Maria Luisa prepara unas quesadillas con queso de rancho y hojas de albahaca. Sus 5 hijos se sientan en la mesa y desayunan las quesadillas con huevos recién cocidos. Después habrán de arreglarse y prepararse para un viaje de media hora a la ciudad, pues los niños tienen que ir a la escuela.

 

Afueras su terreno esta divido por zonas para mantener a las vacas jersey. Este tipo de vaca es de diversos colores, café, negra, o amarillenta. Es un tipo de vaca que produce mucha leche, por ello Martín decidió comprarlas y entrarle al negocio de los lácteos.

 

Martín es un vaquero moderno. Conoce muy bien como sobrevivir en el campo gracias al aprendizaje que le dio su padre. Conoce el monte y conoce los animales, conoce al sol y a la tierra. El estudio para diseñador industrial, pero justo después de graduarse decidió regresarse  a Los Mochis, mejor dicho al Guayparime en donde tiene un terreno que ahora llama hogar.

 

Empezó como un ganadero carnívoro, es decir, cuidaba de las vacas para venderlas como carne. Pero un día que dejo leche en el hogar, su esposa Maria Luisa decidió utilizar los litros de leche para crear queso y obtener un ingreso extra.

 

Movió todo de la cocina y acomodo una enorme charola donde la leche se dejaba para alcanzar temperatura. Adhirió pedazos de cuajo al liquido y dejo que el cuajo actuara, espesando la leche hasta convertirlo en sólido. Ese día, fue la primera vez que Maria Luisa hacia queso. Le agrego sal y las moldeo en forma rectangular para su venta. Sus primeros compradores vinieron de la familia. Sus tías, su suegra y los primos de la ciudad. Para muchos fue una grata sorpresa el queso, tenia sabor a diferencia de los insípidos quesos industriales de los supermercados. Para los señores, era un beneplácito comer queso de rancho, les hacia recordar mejores tiempos de la infancia.

 


Regresó Maria Luisa al rancho y contó a su esposo de la buena venta que obtuvo del queso. Ese día Martín se puso hacer cuentas. Ese día decidió entrarle al negocio con vacas lecheras en ves de vacas de carne.

 

Empezaron comprando 28 vacas lecheras. Eran tiempos difíciles. Sus hijas Claudia y Lucia ayudaban a su madre a pasar el queso a los moldes. Lo pesaban y lo tapaban con bloques de madera para que quedaran en forma.

 

Emprendedores como el inicio los acerco a un apoyo del gobierno para pequeñas y medianas empresas, con  lo que pudieron invertir en su proyecto quesero.

 

Con ello pudieron comprarse mejor equipo, contrataron a una vaquera y a una quesera, las cuales ayudan en los labores de producción. Incluso se les da apoyo para la administración del negocio, que quieran o no, es una parte fundamental de cualquier negocio.

 

Aun así los días son largos. A las vacas se les tiene que dedicar mucha energía y muchos recursos. Esas 28 vacas con un buen cuidado, pronto se convirtieron en mas de 100 reses, divididas en zonas por edades. Ahora la niña Claudia ayuda a su padre en el mantenimiento de las vacas. Ayuda a las terneras a que no se lastimen. Pone la paja para alimentar a los animales, y cuando se necesita, incluso ayuda a su padre en el proceso ordeña. Tienen dos maquinas que ayudan a ordeñar las vacas, dando en buenos días hasta 20 litros de leche al día cada una.


La leche la dejan a la entrada del taller de quesos. Maria Luisa tiene una ayudante, Uva. Ella es quien se encarga de la confección del queso. Al día andan saliendo entre 25 y 30 quesos. Estos quesos son etiquetados y Maria Luisa los lleva a la ciudad. Allí tiene varios acreedores, entre ellos una tortillería con fama en la ciudad. Pero mas fama empieza agarrar su nuevo producto, Queso Guayparime. El queso que fabrican es queso estilo chihuahua. También hacen queso fresco, panela, y requesón, mas estos todavía no agarran tan buena aceptación como lo tiene el queso chihuahua.

 

Para obtener precio de mayoreo deben comprar mas de 10 quesos a 75 pesos la pieza. Si nomás buscas una pieza, se te vende al módico precio de 85 pesos.  Pero la barra de queso es un kilogramo 400 gramos. Rinde bien para una semana de comida.

 

Y lo malo pal consumidor, bueno pal productor, es que nos acostumbramos rápidamente a lo bueno. Nada mejor como la delicia del buen comer.

 

Por eso los planes en la familia de Maria Luisa y Martín no acaban. Mas vacas, mas maquinas para ordeñar, mas equipo, mas pastura. Todo estos son planes que van surgiendo en el día a día. Pero eso no desanima, sino alienta. Por algo cuentan tantos chistes mientras arreglan los quesos, un trabajo que encanta, que les gusta y que mejor aun tan bien les deja para vivir.




Al final, como ellos, me alejo viendo las vacas. La familia se despide de mi con un chiste que saca una enorme sonrisa en mi cara. Llevo dos barras de queso a casa. Ya es de noche, y apenas salga el sol, Maria Luisa llevara todos los quesos a vender, y Martín llevara todas las vacas a ordeñar y Uva toda la leche a cuajar. Y se sentaran a comer, algo que pueda llevar queso, o inventaran alguna receta, tomaran agua fresca y reirán con su típica sesión de chistes. Y sin mas,  así es como les cuento que viven un dia de estos hombres del queso.


Paperos de Guayparime




La agricultura es una simbiosis entre el tiempo y la tierra. El agricultor es quien cultiva utilizando  ambos. Para nosotros, simples mortales de la normalidad, solo alcanzamos a ver los productos en los aparadores de los supermercados. Solemos quejarnos de la calidad de las verduras, de los altos precios, que si esta magullado o muy verde. Al final pesamos el producto en la bascula y pagamos por el según el precio, lo cocinamos y finalmente lo engullimos.

 

Mas no somos capaces de visualizar todo el arduo trabajo que esta detrás del fruto, de esa fresca verdura en tu plato.

 

Afueras de la ciudad de Los Mochis esta el campo agrícola del Guayparime. A principios del mes de febrero la planta de la papa se encuentra lista para ser cosechada. Don Enrique y Don Jorge, hermanos Barrantes de sangre sinaloense, se levantan a las 6 y media de la mañana para alcanzar el desayuno con Doña Maria. Ella prepara el café mucho mas temprana la mañana, alcanza algunas naranjas recién salidas del árbol detrás de su casa y prepara dos vasos de jugo con gabazo. En una olla están los frijoles fritos casi listos para servirse, en el otro se quema el aceite para arder en la yema y la clara  de 4 huevos de gallina de rancho. Sin mucho hablar, se sientan en la mesa y leen el periódico del día, novedades sobre la clausura del reten El Desengaño, la negativa del gobierno por detener el alza al diesel y la victoria chavista en Venezuela. La tres noticias se comentan levemente en la mesa,  retorna el silencio y sirven el desayuno con pedazos de verde aguacate. Don Enrique no desayuna, toma café seguido por un vaso de agua, dobla el periódico y sale del hogar.


Apurados los dos restantes terminamos nuestros  platos y nos apresuramos a la calle donde la pick up esta prendida y con un Don Enrique de sombrero norteño.

 

Nos alejamos lentamente de la ciudad. La radio no se prende y deja escuchar al silencio de la fría madrugada. El terreno de los Barrantes se mira desde la carretera que da para Guasave, a no menos de 30 kilómetros de la ciudad. El terreno a pertenecido a la familia desde inicios del siglo pasado, y la casa blanca que da la bienvenida a esta tierra fértil, fue el lugar donde fueron criados.

 


Los hermanos Barrantes son paperos del Guayparime. Don Jorge es dentista, pero su curiosidad siempre lo ha mantenido cerca de sus tierras. Don Enrique ha vivido y crecido en la agricultura. En mas de 100 hectáreas sembraron papa alpha. En algunas partes del terreno esta la papa atlantic, que es cosechada tierna, sin mucha cáscara, razón a petición de las empresas botaneras del país, que la utilizan para freírla y convertirla en las famosas papitas que compramos en las tiendas de abarrote.

 

Nos adentramos entre los campos de sembradíos. El carro desacelera y Don Enrique mira afuera con los sentidos atentos a cada rama, cada surco, que cada gota de agua no este de menos ni de mas.

 

Nunca había conocido un trabajo tan extenuante. El agricultor no solo debe de preocuparse por los altos costos que implica el negocio. La maquinaria con altos costos en refacciones, el precio del diesel, las semillas y los fertilizantes. También deben estar atentos a lo que menos controlan, que no enfríe de mas el clima, que llueva pero no tanto, que salga el sol pero no achicharre con su sequía, que sople el viento pero que no tire la mata. El agricultor como nadie, esta a merced del tiempo y el ambiente. Tal vez por eso sean tan pensativos y callados, por que solo están en el presente para pensar en el futuro.

 

Para terminarla de amolar, esta temporada las plantas fueron atacadas por dos hongos especialmente dañinos para la papa.  Este par de especies del reino fungi son coloquialmente conocidos como el tizón y la roña. El primero, ataca directamente a la planta, desde su tallo hasta sus hojas, marchitándolas hasta la muerte. Este no afecta en la calidad del tubérculo, mas a la muerte de la planta, el tubérculo queda estancado en el tamaño y no crece más, por lo que si el virus ataca a una planta con papa pequeña, entonces toda la cosecha será de menor tamaño, de menor peso, de menor ganancia.


El otro virus recurrente de la papa, es la roña. Este virus sí ataca al tubérculo debajo de la tierra y se incrusta como un callo, duro y de aspecto desagradable. En si el callo no afecta al fruto de la papa, pero a la vista lo demerita mucho. Y por ello los bodegueros pagan menos por el producto, por que al final el consumidor siempre busca entre las papas por la menos golpeada, las menos fea. Julio Montiel, otro agricultor papero en el Guayparime me la pone en la siguiente metáfora local. Es como ponerte con una mujer cacariza, no es que la mujer sea mala, en el fondo seguro es buena y amable, pero si o no solemos guiarnos por la belleza.

 

Habiendo eliminado las plagas de la planta, hay que esperar que este la temperatura idónea para su crecimiento. Cuando la planta llega a su madurez , el tallo y las hojas son  removidas de sus raíces con una maquina cortadora.

 


Llegamos al terreno que esta siendo cosechado, aunque a lo lejos parece una parcela ya removida y desierta. Mas un tractor pasa por las hileras con una excavadora que levanta la tierra y descubre entre ella a los tubérculos escondidos. La misma maquina separa la tierra de la papa y la deposita de nuevo en la tierra. Justo detrás se encuentran los jornaleros, en su mayoría chihuahuenses venidos de la etnia tarahumara.  Se cuentan mas de 15 parejas, quienes a mano recogen las papas caídas y las depositan en una cubeta, que a su vez sirve para rellenar un costal. A lo lejos esta listo una trailer para subir todos los costales de papa recogidos. Estos serán pesados en una bascula, y sobre ese peso será el pago que den al productor. El trailer se despide sin mas y toma carretera para Jalisco, en donde serán repartidas para su consumo.

 

Para esta temporada los Barrantes pronostican una cosecha de casi las 2 mil toneladas de papa alpha. El estado de Sinaloa es el segundo mayor productor de este tipo de papa, siendo el mercado de Guadalajara su predilecto. Si usted visita un mercado jalisciense, seguro encontrara alguna papa crecida en las tierras de los Barrantes en Guayparime, escoja las que mas le apetezcan, péselas en la bascula  y póngale un pilón que ahora que es temporada alta, la papa esta a un precio bajo.

 

 A 10 pesos el kilogramo, uno se come un puré de patatas impregnada en tiempo, ardua labor y una pizca de suerte, que desemboca en la satisfacción de una sonrisa salida de un platillo bien preparado.

 


Al final, el día acaba con comentarios certeros entre Don Enrique y el capataz, el compadre Pancho. Se dan instrucciones sobre las bodegas, sobre los tractores, sobre los pepenadores, sobre el diesel y después se despedirán sin mas. Los dos hermanos  navegaran de salida en su troca, mirando por ultima vez en el día las plantas que cuidan como su familia. Y así mientras en una parte del terreno se cosecha, en la otra se siembre, y en la otra se le deja crecer. Y empezará un nuevo ciclo, cada mañana leyendo el periódico, tomando café, comentado lo del día pasado y volteando al horizonte contando los minutos para estar de nuevo en sus tierras, de donde crece la mata que nos da de comer.