Cruel Belleza


Es de buen conocedor, que el nacimiento de una mariposa representa más que las alas coloridas que llaman la atención de la primavera. Allí, en el momento de su nacimiento hay una transformación que para muchas especies resulta complicado comparar en vida propia. Es tan notorio para una oruga que se arrastra por los tallos buscando la más tiernas de sus hojas y que deba morir con la promesa de una vida futura, entonces gustosa o no de su forma ,despedirse de su mundo y encontrarse con la mágica sorpresa del renacer como un nuevo ser dotado de una belleza excelsa y una sabiduría profunda. Hemos de agregar, pues nos parece justo, que en ningún momento se ha tomado en consideración a la planta afectada, siendo que las mordidas de sus múltiples extremidades no han de ser del todo placentera, a menos que el afectado cuente con un caso de masoquismo crónico, que con tal prescripción nos es inútil objetar. Así pues comenzamos con pie izquierdo esto de la simbiosis natural, pues si esperamos en el cuidado de la oruga una hermosa mariposa, bien podemos haber sacrificado la silenciosa belleza de flor en su pleno esplendor.


Ahora bien, esto me hace recordar una pequeña anécdota que bien podrá aunar la razón de este discurso. Leve Pausa. Fue un día que caminaba por la acera derecha de Avenida Vallarta; concentrado en mi desconcentración, tú sabes, evitando a como de lugar mirar una calle atiborrada de esos automóviles y el ruido que los choferea. Entonces, aterrizando mi somnolencia me preparo al cuidadoso proceso de cruzar la calle, aquello que implica en mayor medida, el control absoluto del ambiente que me rodea. Esa luz roja me obliga a frenarme, aunque sea sólo por un breve lapso de tiempo. Pero en vez de quedarme perplejo ante el rojo del semáforo peatonal, no pude sino virar mi atención a una niña que de la mano de su madre, miraba al piso con admiración. Mira mamá, una oruga, no puede caminar, decía la niña sin que esto perturbara la concentración de la madre en la bombilla roja. Así que como ya se preveía desde antes que sucediera el acto, mire al piso para encontrar, efectivamente, una oruga choncha, de un verde pistacho intenso, y que como verazmente informó la infante, esa oruga estaba herida. No encontré vendajes ni sangrado abundante, pero su cuerpo estaba de lado, con una serie de patas al aire con lo que le impedía moverse de la rampa donde se encontrada, esa que los humanos usamos para bajar de la banqueta a la calle y de nuevo usarla para subir al extremo opuesto. Me llamó la atención que ninguna planta estuviera cerca, nada mas que metal y cemento, como si la oruga hubiera cojeado hasta ese punto, esperando un pisotón que acabara con su sufrir. Entonces yo, ecologista empedernido, incapaz de solventar la muerte cantada, decidí sin concertarlo con la oruga herida, levantarla del concreto y llevarla a una jardinera que estaba a unos cuantos metros. La deje suavemente sobre la tierra y tallos recién nacidos. Es más, espere un rato a que la oruga se desenrollara, actitud defensiva que no considero en nada provechosa contra ningún tipo de depredador. Como si taparse los ojos nos alejara del depredador.


Esperé un rato, viendo cuando se decidiría levantarse, pasaban los minutos volteaba a y la oruga aún se mantenía de lado; ni realizaba que se encontraba en otro lado; se confundirá , pensará que el pizoton vino del pies de dios, que fue tan veloz que no sintió ni un soplo de dolor, que quedó desparramado sin pena ni gloria en una rampa de mucho tráfico, y que ahora estaba en el cielo, en la entrada de un bosque maravilloso, que su vida podría empezar de nuevo, que no cometería los mismos errores que en su otra vida, intentará erguirse hasta sentir una punzada en el torso, entonces se dará cuenta que no ha muerto, que continua con la misma vida que no acaba, y para su suerte y mi terrible asombro, notó que varias hormigas salen de entre la maleza, claro, oliendo la carne. No quiero ni imaginar la cara del primer explorador que encontró ese tremendo bizcocho, regalo del cielo. Ese día ha de haber sido el mejor de su corta existencia. Entonces intuí el final de esa terrible historia, la de un bicho que ha de sufrir en carne viva y el otro ha de saciar su existencia con un banquete que le garantiza la supervivencia por una temporada más.

Triste Carta



Querida ########



Llevo varias horas con el dedo en la tecla, deliberando si en verdad debo escribirte algo, si acaso tendrán alguna función estos versos que te anhelan desquiciadamente. Siento decirte que aún no me es posible superarte, tu retirada fue lo peor que me ha sucedido en la vida. Ha dejado de importarme todo aquello que le daba sustancia a mi lucha en la vida; la tasa acelerada de deforestación del Amazonas; del atropello a una señora que cruzaba la avenida y del cual el chofer homicida huyó impune; del cielo cae escupirá brea sobre nosotros por el castigo de otros; todo eso ya no me importa, es más, lo considero un bello adorno de un castigo divino, de una nube que llueve sólo sobre mí, de un ave que caga a propósito sobre mi cuerpo sin vida, arrastrado apenas por quien sabe que, un algo muy pero muy dentro de mi que me mantiene con vida.



Te aviso, me he alejado de la gente. Más, mucho más de lo que imaginas. La gente me espanta, sus gritos, sus facciones, su alegría me parece desbordante, falsa, hipócrita. Rehuyo participar con ellos en sus jolgorios; no me apetecen. Prefiero mantenerme sentado en el comedor, prender el televisor y dejar que él me devore, le cedo todo mi tiempo hasta que se indigete, que me susurre con sus bellas historias ficticias, y al final, me quede dormido allí mismo, para que Hugo me levante a media noche y promueva mi cama como la última de mis sepulturas. ¿Pero sabes que pasa? Me despierto. Con los ojos bien abiertos y el frío intentando amarrarme con sus viscosos tentáculos. Y entonces le doy de patadas, por que me cae de amadre que esa bestia ande de metiche en mi cuarto, que lea mis apuntes privados, manosee el manojo de bananos de mi desayuno, que use mi ropa y la deje tirada, sin vida y con su frío hedor impregnado. ¡Puta! ¡Como odio a ese imbécil de mierda! Entonces ya sabrás, salgo medio encabronado y las calles se lucen en mostrarse en toda su repugnancia, llenas de basura moribunda esperando su último paso en la cadena. Veo señora de la esquina que saca solo una parte de su cuerpo, que urga con su mirada a un punto mas lejos que las construcciones o la gente que alli nos movemos, espera encontrar algún fantasma de su pasado, ese que nunca se despidió de ella ni dejó recado alguno sobre su paradero, y ella en el fondo, con el pretexto de que espera a un lechero que es consiente hace años desapareció, lo busca con una esperanza tan pero tan fuerte, que bien podría asegurar que es el único pilar que la mantiene en vida.



Entonces a medio camino me encuentro con una toronja. Allí frente a mi futuro paso la toronja amarilla, grandota y llena de jugo. Y se del jugo por que lo veo desparramado. Lejos del árbol donde nació, de esa pequeña blanca flor que fue inflándose e inflándose, y luego creció a ser esa toronja, con su propia vida, su propio pensamiento, anhelos, sueños. Me imagino el día en que decidió independizarse, la última despedida en un paño de lágrimas, sus hermanas floresitas que apenas entienden del tremendo viaje que le espera, la vieja madre que le besa tiernamente la frente deséandole buena providencia, y esa toronja regordeta y llena de vida que ansía la comer el mundo entero, un mundo más , mucho más grande que aquello que vieron sus antepasados. Entonces desciende por última vez de su hogar para sólo encontrarse con el pavimento, oscuro y mentiroso, sin ánimos de ayudarlo, de darle a entender la reglas que existen en el mundo de los humanos, por lo que la toronja cruza imprudentemente la calle sin prever que ese monstruo de acero y caucho nunca detiene su paso, mucho menos por una toronja, y que le ofrezca por su imprudencia el medio segundo mas doloroso de su vida, el preámbulo de su fin, que lo abandonen alli tirado, con la pulpa secándose al sol y sus semillas ingenuamente creyendo que sobre ese negro pedazo de chapopote podrán germinar, y entonces se acabe la descencia en el mundo, con una madre que llora y llora por ver a su hijo muerto frente a ella, y yo también derramo algo de jugo de mis ojos, por que así es esto, por que no se todavía si la casera haya pagado el servicio de Internet y pueda enviarte este texto, si es que aún existe alguna persona con la esperanza suficiente, una por seguridad mayor que la mía, para entregarte esta carta a ti, donde sea que estés, si es que existes, si es que no eres solamente una imagen creada de mi subconsciente para sobrevivir esta vida tan miserable, alguien a quien dedicarle mi corazón y la razón de todo este dolor que rodea las calles, al chofer homicida que toma angustiado un mezcal encerrado en su bañ , la madre que abraza sus flores, la abuela que continua esperando, yo que continuo caminando, con estas letras que son para ti, sólo para ti.




Atte

Yo

El Monje en Llamas


...hay dos formas de morir, dice el monje con un gato blanco dormido sobre su hombro...


Cuando el fuego te alcanze, podrás sentarte y meditar, conciente de que todo esto es una gran broma cósmica y que el sufrimiento y la desdicha, son tan ligeras como el aire que acumula las flamas en tu piel. Sólo el chasquido de las llamas serán el sonido de ambientación , de aquel acto que pasará rapidamente desapercibido.


Otra es que te dejes alcanzar por el fuego, aunque desesperadamente lo rehuyas. Que el pánico te invada cuando el fuego te suba desde los dedos hasta el último cabello, y así entres en un horrible llanto de dolor, que cada instante se vuelva uno peor, y que en las cenizas de tu cuerpo, quede por siempre ese recuerdo de un momento de sufrimiento.

TORTILLAS




Mira cabrón- me dice ahuyentando las moscas de mi imaginación



¿Ves ese letrero? ¡Dime que dice! - me ordena.



Aprieto mis parpados y concentro la vista; leo, no hay duda, dice: TORTILLAS.



¡Awevo!- exclama excitado- ¿seguro que no tienes duda verdad? queda mas que claro, con esa enorme y sencilla tipografía blanca sobre su fondo verde fosforescente. Sólo un pendejo no comprendería que allí venden tortillas. ¡Eso es diseño! - grita eufórico.



Realmente no descifraba la razón de su emoción. Y digo, entendía el mensaje, TORTILLAS, de harina o maíz sería lo de menos, solamente la certeza de su existencia en el precinto, pero no su risa cuasidiabólica, prólogo de un trance pagano, como si a través de la tipografía comprendiese al fin la verdad del universo, aquello que ni drogas ni pláticas nos habían sido suficientes para encontrar. Pronto su carácter se fue torciendo, torciendo hacia un estilo que comenzó como algo singular, interesante sin duda, pero con un abuso que poco a poco fue alejándolo de aquellas personas que les resultó incomodo adaptarse a un ser tan extraño; su barba que trasquilo en códigos, la ropa atiborrada de mensajes en pintura, su automóvil autografiado con la epifanía de una profecía contra el desarrollo humano. Aquel hombre que conocí se volvió hacia un profundo viaje con aquella visión que comenzó con esa palabra que bautiza al nixtamal de maíz típico del mexicano, el diseño semántico, la verdad detrás de cada caracter que lo dominaron sin piedad. Sus pasos eran letras, incapaz de comunicarse si de su lengua no se imprimiese una caligrafía por donde se comunicara su alma sin equivocación. Por ello, un día concluyó su habla, no consigo mismo claro, pero si con todos los que lo rodeábamos. Su realidad era uno en contraposición con la nuestra, que poco quería y podía entender, los dialectos que poco a poco se fueron volviendo lenguas indescifrables, incluso para mí. Al poco tiempo lo dieron de baja en el trabajo, y al cabo de meses le perdí la pista.



Me tarde un tiempo en encontrarlo, fue una mañana leyendo la nota de una de sus periodistas mas detestadas. Era la nota roja.



Lo que leí me era incomprensible, el cuerpo yacente, sin una fotografía que mostrase un paisaje que se manifestaba perturbador. Cuando encontré a la reportera, me contó que aquella era la imagen mas espeluznante que había visto en su vida.



No podría recrearlo, que aún me duele, solo se el título de la nota.



Hombre se ahoga en la sangre de sus propias palabras!



si, fue horrible, pero me da la impresión que para él, fue una obra maestra.

Ánimas


A Diana



Siempre he tenido esa sensación de poder verlos. A las ánimas. Una certeza de concreto cuando siento el aire de sus sombras en movimiento, el aliento de sus pláticas de café. Y esto no puede ser locura, no es mas que sentido común, que con tanto muerto en el país las agencias post mortem no se den abasto con la demanda de atención, terminen relegando en campamentos de refugiados instalados en nuestra realidad, esperando que talves se olviden a que vinieron se quedan aquí, deambulando sin pena ni gloria. Seguro que después de un tiempo, sumando toda una vida en la tierra, resulta fácil que adapten su muerte al planeta, un paisaje familiar que les da seguridad. Ese tipo de certezas que controlan e infunden calma; peligrosas pues sin ellas el pánico invade y se pierden sufriendo.


Se que los he visto, en momentos muy particulares, sumergido en altas horas de la noche, de esas desiertas que ni una rama ni un insecto se encuentran despiertos, allí, es en ese momento que se despiertan, caminan a lo que creen es su trabajo y rutina. Los he visto adentro de bancos a puerta cerrada, haciendo filas para realizar depósitos, sentados frente a un asesor que los convence de abrir una cuenta de cheques en dólares.


Obtengo su imagen de reojo, solo que cuando los busco con ambos se esconden debajo de sus escritorios. Son rápidos, viven en otra dimensión del tiempo, mis movimientos son lentos, en slow motion. Aunque se escondan, se que están allí, de rodillas con los billetes y los papeles a medio firmar; yo continuo mi camino con la duda, no tanto por su presencia, sino el lugar de su presencia, ¿por que allí? ¿por que en los bancos chinos y españoles de la avenida Enrique Díaz de León? ¿ Por qué no en las farmacias de medianoche o en los bules de madrugada? ¿Será que la felicidad de los vivos que laboran en estos recintos se derrama mientras cuentan cantidades de dinero que seguramente nunca tendrán? Que el derrame es tan cuantioso y espeso que las fibras del trapeador son incapaces de limpiar, y encontes este se vuelve un piso fértil para las ánimas; de eso que perdemos ellos viven.


No les tengo miedo, aunque me dicen no hay que mirarlos prolongadamente. No sacarlos de su rutina, aunque sepas que no tiene sentido hacerla cuando estas muerto. Creo que somos incapaces de ver nuestras caras mironas, llenas de información, espejo de lo mirado, tan expresiva y llena de verdad, que si el ánima es suficientemente atenta, deduce por tu cara estupefacta que algo no anda bien. Hará cuentas y por deducción y eliminación matemática, sumado a ese sabor raro en su boca, un sabor fuerte y rancio que no se quita con el cepillo de dientes, recordará entonces que es su primer día de muerto ( aunque no sea cierto). Entonces deducirá , sin ser correcto del todo, que hay un antes y un después en su vida con tu mirada, por lo que volcarás esa anima desconocida en tu contra, con una sed de venganza imparable, te perseguirá sin cesar, buscando que pagues las culpas que nunca compraste.


A veces, cuando llego cansado a mi casa, con una luna alumbrándome mis pies que lentamente ascienden de escalón a escalón, mientras veo la ventana abierta de mi cuarto inhalando aire fresco, la puerta desprovista de cerrojo, esa puerta de metal roja y pesada, tan angosta que debo sortear mi cuerpo para no quedar varado, y que justo adentro, cuando mi cuerpo y mis sentidos se han internado en el espacio oscuro de mi habitación, me llega el hedor por entre el sleeping bag y la colcha maya, vislumbro la sombra de un ánima recurrente, el silbido de su sueño, su silueta descansando en mi colchón. Rápidamente enciendo la luz, y se que se despierta sorprendido de verme frente a él, saliendo de un sueño fase 5, se levanta atontado con el tiempo encima, ni se moleta en cambiarse la ropa , tiende la cama y sale de mi cuarto a cumplir con sus labores. Para cuando esto concluye, siempre me encuentro en mi cuarto, con la luz inundando el espacio, viendo mi cama tendida, normal y apacible***.





*** Ahora sumen a esto, siendo que es igual de posible y que me carcome por su alta probabilidad, que él se asusta de verme, entonces me detengo a notar este sabor rancio en mi boca, notar que todos evitan mi mirada, que siento una agradable sensación cuando veo a las cajeras tan monas y bien pintaditas. Que esa imagen que veo cuando me despierto no es un personaje de mi sueño queriendo escapar, sino él llegando a casa del trabajo, cansado, subiendo los escalones cuando los primeros rayos de luz alcanzan el zenit, mira la ventana cerrada, pasar a duras penas por la angosta puerta de metal, y me sienta allí, apenas despertando de mi sueño fase 5, apurado por cambiarme, tender la cama, abrir la ventana , hacer lo que sea que tenga que hacer en el día.

Guarrafino

De manera indiscutible, te robo el café y con la mano, así como la tengo, como la imaginas de la peor manera tocando todo a su paso, hurgo entre el liquido para encontrar los granitos de azúcar que groseramente me has adherido.


Como diablos te atreves!


Quisiera cegarte con la brea hirviente que me tomo tranquilamente mientras te veo hablar…….?de que hablas?


¡Espera! ¿ De que hablas?


Idiosincrasia ( Puta madre, para eso venimos a tomar café? no fumas, por ti no fumo)



Recuerda, la suerte de una coma horizontal. Concéntrate!


Eres una persona extremadamente refinada, tu pelo lavado con el mejor shampoo del mercado, tus uñas sin mugre, tus dientes en línea recta, tus historias fantasías de seda, me imagino que tus flatulencias huelen a cereza en primavera, que putas haces con este monstruo del Tulichek, me alimento de hormigas con chocolate Snicker y mantequilla de maní arrumbada en un refrigerador sucio y abandonado, tomo Coca Cola para sentir esa pasmosa baba que me humecta la garganta.


Sonríe. Pausa. Sonríe de nuevo.


Platicar es como bailar, si doy un malpaso pierdo el concurso, se acaban las catafixias, la oportunidad de llevármela lejos de aquí, de este café lleno de granos de azúcar y guarrafinos empalagosos gritando con sus sacos usados y zapatos brillantes y lentes sin aumento.


Quiero comerte, romperte la blusa que acomodaste para impresionarme, se que lo haces a propósito, se que gustas en llevarme al limite de mis cabales. Empiezan los susurros, vociferaciones en ese idioma que solo tu yo podemos traducirnos, la llama de la vela siente el aliento de alguno de nuestros infiernos, querida, no sabes con quien te juntas. Soy tu Némesis, eres mi salvación, somos un punto del cosmos apunto de explotar en mil millones de asteroides sin rumbo.

URBANIA

Urbania: La casa que siempre soñó.

1er Lugar IX Foro sobre Derechos Humanos, Guadalajara 2010



Seguro me será difícil hacerlo entender, sabiendo que cada quien esta concentrado en su propia y profunda vida, llena de alegrías, obstáculos, sueños y delirios. No podemos mas que seguir nuestro destino trazado sin titubear. No hay tiempo que perder. Cierto, cada quien es propio de su camino, cada quien elige, paleta de limón, paleta de jamaica.



Es solo que, quieran o no, somos parte de un todo. A todos, hasta el mas independiente de la raza, nos llega el efecto, la espuma de una ola que no esta en nuestro control. Es fácil ejemplificarlo con el clima; que culpa tenemos del calor, de las lluvias, del granizo un día antes de cosechar, de un rayo que mata a un tranquilo transeúnte, que culpa tuvo de estar en el exacto punto donde resolviendo la ecuación físico-matemático, resolviendo una parábola, la distancia entre objetos, la velocidad inicial y la fuerza de gravedad inherente, dieran como resultado un misil de cagada de paloma en la frente, justo el día de la graduación.



Como dicen los gringos " Shit happens".



Es así, así de sencillo, que nuestros actos conscientes e inconscientes forman parte de un todo, un todo acotado si gustan en este mundo, nuestro país, la ciudad donde nos desarrollamos. Quien sólo mire la etiqueta o la fachada de sus actos, se considere bueno y bondadoso, me digno a refutar que es incapaz de notar la magnitud del sistema, el infinito que existe entre nosotros y nuestras actos, nuestras creaciones.



Talves por eso la foto, porque quien se retire de aquí pensando que hizo un buen trabajo, bien debería pensarlo dos veces sin mirar su cheque.



Construimos nuestras consecuencias.



Luego no nos quejemos de la violencia, abusos, delincuencia, decadencia;

cavamos nuestro pozo pensando que levantamos nuestro hogar.



Email del Piraña al Arq. Kiki. 2010

Altar

Al Gallo, un alfil en mi vida, se te extraña cabrón



Se que lo deseas, las primeras palabras que cuenten de ti, características sobre tu silencio y la forma en que entendías la vida, descripciones de cómo afectabas la realidad de los demás, como invadías con tus formas, tu olor, tu esencia.



Cuando desaparezcas empezaras a ganar cierta fama, pues los que nunca se tomaron el tiempo de entenderte, comenzarán a extrañarte, proclamar tus ideas como universales, de una visión excelsa. Con suerte a los dias llorarán las masas y harán de ti estatuas, darán calles a tu nombre. A los años, habrás conseguido la fama, todos sabrán de ti, como la avenida, la escuela primaria estatal, la moneda conmemorativa, la estampilla de un correo en decadencia , el parque que pronto se ira abandonando a los vicios, la colonia donde la raza se anda pasando de lanza.

Legalize Marihuana? Proposition 19 games for legalization of cannabis in Califonia



Its well known for marihuana users that the most common effect of an overuse on weed, consists of a slight delusion (or extra sensitivity) on reality in which sounds, feelings and imagination are expanded to a greater level. After, thirst and hunger interrupt the user in such a violent way, that nothing can be so pleasurable then satisfying the hunger need. A sips on water and the effect starts to diminish until, it disappears.


It’s well known for buzz users that the most common effect of an overuse on alcoholic beverages can actually plug your respiratory system. Alcoholic beverages serve to desinhibit the user, opening its personality to a wider interaction with reality. The effect can last as long as the body is well fit to take the amounts. After that, the body looses control, making it hard for coordination of all its extremities. Violent and overconfidence are very common on alcohol abuse, promoting fights and car accidents when the consumer can’t maintain control of itself. An alcoholic overdose can cause sleepiness, parallel of an internal reaction derived from lack of liquids in the body and finally leaving the user with a number of pains such as headache and stomach disorder, commonly known as hangover.


So in a sense, the consumption of both products affects the perspective of reality on its user. Stoned or completely drunk, both produce an effect that in normal circumstances won’t appear on human bodies. The first one its consider an illegal substance under federal law in the United States. The second product is controlled and commercialized under federal and state law in all the United States.


On the second day of Novemebr, Californians will be called to vote on Proposition 19. The Regulate, Control and Tax Cannabis Act of 2010, if approved, will allow all citizens 21 & older on the state of California, to cultivate, transport and consume marihuana for personal purposes. Even though marijuana is “legal” in California since 1996, it can only be sold for medical purposes, for which users must first prove that diseases can be less harmful with the cannabis consumption.


So where are we standing now, what is the reflection created from all this movement? The citizens of California will have their personal conflicts on whether this law will really benefit society. Some say that taxing this soft drug will increase the state budget. Actually, as USA cultural norm, the money making purpose seems to be the convincing fact to its legalization. The debate around marijuana has traveled through a journey since its prohibition. The war on drugs has been since de sixties, a mainstream politic for democrats and republicans. Suddenly it became a social law that drugs are bad, that a drug free society is a federal utopia pursues.


As for that, we must accept real facts, mainly of the existence of many substances that modify and affect in different range the human body. Cigarettes and alcohol are legal drugs that are well accepted in society, even though government and society maintain a constant campaign to inform about its negative effects on consumers. Then there are wide ranges of illegal substances existing on the black market. Armed cartels and delinquent groups maintain a successful business on its commercialization. Marijuana and hashish, cocaine, heroin and opium, methamphetamine, crack, LSD and other hallucinating products are the entire menu. Not all illegal drugs cause the same effect, as a fact the first ones, marijuana and hashish are known as soft drugs, as the rest is considered as hard drugs.


So when we talk about legalization on drugs, we can’t join up all drugs as a whole, as the production, transportation and effects on its consumption vary.


The comparison between alcohol beverages and marijuana can be a first approach on the debate. The question is, why is beer legal and weed illegal? Why is it socially accepted to be making stupidities during parties while drinking more beer then what a body can stand? It became fun for some (because for others, alcoholism is a nightmare) to enroll in a desinhibit attitude in society. Where are the damages that consuming marijuana cause? Which are the located from alcohol? Why is it so perverted to talk about marijuana? Why did for many years, the word marijuana has been an outlaw?


Why is California discussing the topic openly while in Mexico it’s been impossible to even put it on debate?



The reason that polls shows a positive attitude on marijuana legalization , is that those who were on their twenties when the flower revolution exploded in 1960, nowadays will be a granny of 70 years. These generations kinda know what’s the deal with all the green stuff. Smoking their first joints while recreating the happy dance of the unicorns to prevent the outgoing perverse war on Vietnam. These were the first youngsters to address the unpopular and illogical prohibition on a substance that only caused “peace and love”. But eventually everything ends, and of course, all youth who converts in adult, mature. More then fifty years have passed since the hippi invasion, but weed, which President Nixon catalogued as public enemy number one, still exists.


If marijuana gets legalized in California, it is because not only the adolescents will vote favorably the ballot, but also the continuing generations until de ones reaching the 70 years old. Knowing for a fact that marijuana is not a Satan product. That’s why the polls indicate a little more than 50 percent of California’s population are in favor of its regulation.


As a Mexican border citizen, this law is meaningful for this solely reason. How will my own politicians, those who represent me and the war against drugs, will resolve when a fence separates the same product from being illegal? What sense those it makes? I sure want some explanations!


Some still discuss the themes based on ghostly assumptions, stereotypes and of course, a historical lesson that government and schools have taught us since children, more of a dogma with no scientific facts.


Legalization doesn’t mean anarquist revenue. It doesn’t mean the marijuana bags will be sold on Ralph’s or Wal-Mart freely. Like guns, cigarettes and buzz, marijuana will be strictly controlled.


War on drugs won’t end only by legalizing marijuana on California. There is still a vast northern territory full of avid consumers seeking an effect that in their personal view helps them survive this thing called life. But, a small step towards a new perspective its needed in this war on drugs that for years, has proven its inefficiency.


Let us hope California lead us to a new way to live the future, away from fear that at the end only prevents us from seeking the truth.

9


Antes de las 9:00 PM


Apresurado, camino dos cuadras hasta adentrarme sin titubeos por la colonia Paseos del Sol, un conglomerado de torres habitacionales, gigantes con piel de concreto y ojos de neón. Aturdido avanzo por un pasillo que se abre entre las paredes, la siento como la boca del mismísimo abismo. Su suelo de pavimento carcomida me da camino; las paredes lucen sucias, adornadas con jeroglíficos de reyes de tiempos antepasados. Expiro vapor, traspaso con el pensar que este pasaje evitara mas perdida de tiempo. La hora es precisa. Al salir, cruzo una calle vacía hasta encontrarme en la orilla de un oscuro bosque de fresnos y pinos. Driades que custodiando el pasaje lucen de mal humor, murmuran de mí. El viento molesta las hojas que rugen entre si. Camino apresurado, entre dos castillos de apartamentos, entre miles de carnes realizando miles de actos al unísono. Nadie se conoce, en un espacio tan cercano todos parecen ignorarse, intentan sacarse provecho uno del otro, de sobreponerse para sobrevivir, talvez por eso me siento tan inseguro, sabiendo que a cualquiera que me tope, no podría mas que sospechar de mí, asegurarme en algún sótano e interrogarme ferozmente hasta que escupiera su verdad.


Era un atajo el que motivó todo este embrollo, tan avanzado que solo convenía continuar y no voltear atrás. No se en que momento voy a salir de este bosque malvado, no se si realmente avanzo un solo metro, si es que es que todo esto es un espejismo, hechizo maldito, mal de ojo, cristal malvado.


¿Que buscas?

¿A donde te diriges?

¡No sabes ni lo que quieres!


De pronto el aire termino su camino. El vacío encerró al parque lejos de los ruidos, enmudeció a los árboles hasta dejarme allí, totalmente solo. Los grillos callan sudando miedo, se tapan las patas para evitar ser localizados y bajan sus antenas como hojas de pasto. Son hojas de fresno las que no permiten que llegue la poco luz que circunda por el espacio. He quedado en la penumbra. Me explota un nerviosismo máximo, un frío sudor empieza a helarse detrás de mi nuca. Veo mis pies sobre el cemento, un cemento desquebrajado, apenas cubierto por hojas secas. Mis pasos parecen el motor de un tractor; su ruido despierta sospechas entre las sombras que no dejan de mirarme con suspicacia. Decido por instinto salirme del camino trazado, esconderme por la vegetación, doy pasos secos sobre la tierra, pasos sobre un césped fresco que se yergue alto, burlando siempre el rastrillo de un jardinero que perdió la batalla desde el mismísimo momento que la comenzó.


Bolseo mis pantalones en busca de algún cigarrillo. Encuentro en la bolsa trasera de mi pantalón una cajetilla apachurrada. La abro con delicadeza, como moviendo a un moribundo para tomarle su cartera, hasta encontrar un cuerpo de tabaco apabullado, sin embargo con su forma completa, su infinita esencia. Arrojo la cajetilla y adelanto el cigarrillo hasta mi boca, su cuerpo parece querer desfallecer ante mí, caer, caer, así que rápidamente enciendo un fósforo y le devuelvo al calor de vida. Un lunar de fuego arde frente a mi, su humo tóxico calma un poco las ansias que me orbita. Pero como siempre, la calma es solo el ojo de un huracán. Pronto me devuelve el miedo, el recuerdo a los soldados norteamericanos en Vietnam que fumaban con el fuego en la boca para evitar ser blancos fáciles de los francotiradores del Vietcong. Los imito sin mucho éxito; el fuego alcanza mi lengua y pronto el cigarrillo desfallece de nuevo. CRACK. Un espeso ruido retumba, un crujido no cerca, tampoco lejos. ¡No me jodan! Volteo de un lado al otro desesperadamente. No hay nada, no hay nadie, poco ayuda, es lo peor, todo lo que se esconde detrás de ese vacío. Aprieto el paso entre los matorrales, un camino tan sinuoso que mi pies se atoran entre las ramas de los pequeños arbustos. Pronto mi ruido se vuelve el mismo que en el camino de cemento, y entre mas subo el decibel, mas acelero el paso, como si pudiera escapar de él. Tengo prisa, tengo prisa, me digo.


Veo a los lejos un farol encendida, me detengo cuidadosamente, a observarlo detenidamente. Ya detrás de un tronco, alcanzo a mirar la silueta custodiada por una figura a medio tono. Trato de no acercarme, lo decido, pero mis pasos se dirigen a él como la polilla a la luz. Me ciego y con desconfianza me alejo del tronco en dirección a la iluminación, pienso dos veces, una que si, otra que no, y por eso mi paso se mantiene constante, sin nadie que le ordene lo contrario. Recargada sobre el poste esta una mujer, su blanca piel resalta sobre el manto de oscuridad. Su hombros izquierdo se descubre por un vestido oscuro, un retazo que se detiene en su hombro derecho hasta debajo de su brazo contrario, así cubre su cuerpo hasta el inicio de su contorneadas piernas. Su pashmina blanca rellana de planetas oscuros cubre su cabeza al frio de la noche. La luz que alcanza a tocar su vestido, hace que brillen una multitud de luciérnagas que se aferran a su tela. Las luces que prenden y apagan excitadas hacen que su vestido luzca de una forma mágica, aunque de eso no habría de fiarme. No alcanzo a mirarle la cara, un corte de cabello tan agudo, me hace imposible encontrarle su mirada, aunque este completamente seguro que lleva mirándome desde que entre al parque.


Encuentros producidos

Buscas a tientas

Explorador sin compás


- No me veas así, no me conoces – me dice su voz


Me detengo en seco, ahora que el silencio se ha roto, el ambiente parece participar en de nuevo en su orquesta. La miro detenidamente, rehuyendo ver su cara en mi reconocimiento. En sus manos sostiene un ramo de rosas. Su mano izquierda arranca un pétalo al que lo lleva hasta su boca. Sus labios lo sostienen, la saborean hasta engullirlo. Mirando bien al racimo noto que muchos son solo tallos de espinas que su mano derecha aprieta fuertemente. En el piso hay rastros húmedos de gotas, hojas del rosal marcadas de rojo oscuro.


- Deja de andar buscando cosas que ya encontraste – me regaña de nuevo.


Me permito bajar la cabeza con pena, no soy capaz de ver lo inapropiado de mi mirada exploradora. Hago una reverencia


- Como te llamas? – le pregunto tímidamente


- Soy la sombra del tiempo, de aquí, de allá, Nina me han nombrado – me declama.


Me mantengo en silencio, sin saber como responder. Ella continua rumiando las flores de su ramo. Gira su cabeza hasta quitar el cabello donde escondía su ojo. Son enormes talismanes, de un fondo infinito, y aun cuando la veo, presiento que ella ve mas allá de lo que soy, de donde estoy, como si estuviera no estando.


- Parece que tienes prisa, aunque no comprendo por que en vez de caminar por el camino, vas en zigzag balbuceando que tienes prisa. Haces mas difícil lo que ante ti se muestra sencillo – me dice con un pétalo entre sus labios.


- No puedo llegar tarde, quede de encontrarme con alguien – le respondo


- Aquí esta alguien – me responde con una ligera sonrisa


Arrebato mi celular del bolsillo de mi pantalón y checo la hora. Exactamente las 9 de la noche. La hora de la cita. La volteo a ver con una cara de sorpresa. Ella empieza reír, reírse de mi, de mi cara de estúpido sin palabras ante esta, la cita concedida.


- No sabia que aquí seria la cita, yo andaba con prisa para no llegar tarde – le justifico


- Nunca quedamos en ningún lugar, te saliste tan rápido por la prisa de no llegar tarde, que nunca dijiste donde – me responde rápidamente.


Me mira, ha dejado de sonreír, parece quererme decir algo con su estancia, pero me es imposible descifrar este rompecabezas. Hago una regresión en el tiempo, en lo que vino antes de mi caminar, antes del pasillo, antes mucho antes hasta mi cuarto en el techo, donde recuerdo haber platicado con ella, recuerdo algunas de sus letras en el mensajero, mi ansiedad por escupir un dardo letrado que motivara a un encuentro. Pero el momento se vuelve turbio, sin claridad ni orden, las palabras se vuelven huecas cuando no saben a donde van, cuando desconocen su objetivo. El alfabeto digital y sus trampas mortales a las que aun no me acostumbro. De la nada, mi mejilla empieza enrojecer, un dolor empieza a circundar por las venas de mi cachete, con tal fuerza que me devuelvo al presente.


Esta ella, mirándome furiosa.


- Imbécil, estas perdiendo el tiempo en telarañas intelectuales. No existe nada de eso, que no te das cuenta de todo lo que acabas de perder por deambular. En esta cultura es una falta de respeto dejar al invitado solo – es lo que dice cuando dejando el ramo en una sola mano saca un delgado cigarrillo y lo ajusto en sus labios.


Humillado, decido enmendar mi error por lo que rápidamente busco los cerillos y sin titubear, enciendo su cigarrillo. Ella sonríe, da una bocanada y deja libre una larga serpiente que nos rodea.


- Solo así te puedo mantener aquí – me dice con una sonrisa – perdona por la cachetada.


Tomo mi mejilla con la mano.


- Perdona, es solo que no estoy acostumbrado a este tipo de reuniones- le respondo mas seguro.


- Pero si tu convocaste a esta reunión, deberías estar mas preparado – me recomienda


En el fondo la cadencia de nuestra platica había hecho que perdiera la noción de mis miedos. Pronto, rodeado por la serpiente de humo, fuimos quedando cada vez mas privados del exterior, tanto así que me era imposible mirar aquellos árboles que antes me habían denegado su aprobación. La densa bruma hizo que nos acercáramos un poco mas, que la alcanzara a ver mientras ella me sonreía, viéndome con otros ojos, notando realmente como soy, como es ella. Pronto me di cuenta que estaba enamorado de su belleza, de su forma de hablar, del control sobre su espacio, que esta cita era para eso, para acercarme un paso, verla a los ojos, tomar su mejilla con mi mano derecha, romper la frontera de su espacio, invadir sus labios y dejar que por primera vez en mucho tiempo, no existiera mas razón que la pasión. Las luciérnagas se sueltan de su vestido y comienzan a volar por entre la bruma, destellando excitadas como si fueran las explosiones de una nebulosa en la galaxia. Las estrellas necesitan solo un poquito de energía para morir, otra mas para nacer, y en ambas, son incapaces de darse cuenta del hermoso espectáculo que dan al universo.


Separamos nuestros labios, dice.


- Realmente te tardaste – me dice con una sonrisa


- Por un momento no te reconocí, es como si hubiera perdido la memoria – afirmo mientras le tomo las manos – ya no te volveré a perder – animado- que te parece si nos vamos de aquí, dejemos todo esto, todos, solos tu y yo alrededor del mundo, en nuestro barco de creación.


Ella sonríe con mi imaginación, siempre gustosa de verme hacer garabatos que dibujo como matemático insano. Describo lugares imaginarios como si tuviera un mapa para encontrarlos, capitanear un barco desde la península hasta el ecuador, tomar café en una casa de madera en Tierra de Fuego y de allí continuar hasta encontrar ese lugar que fue hecho solo para nosotros. Pero ella tiene otra cosa en mente, sus ojos si tiran al suelo para no interrumpirme, la noto enseguida.


- Que pasa?- manifiesto mi duda


- NO puedo ir contigo – me responde con la mirada al suelo, luego me observa, me mira sabiendo que mi cara se derrumba frente a ella, que volveré a caer en mi propio pozo sin salida.


- No puedes seguir viajando afuera sin viajar a ti – continua – me volverás abandonar por que así lo hiciste, por que así lo harás, por que no has aprendido a estar, por que el tiempo es preciso y tu debes primero saber que toda esta ilusión es un hermoso episodio que prepara el camino para nuestro reencuentro. Pero este momento no es, todavía no.


Desmoronado desde el inicio de su respuesta, dejo caer mi cabeza hasta que el poste de mi nuca por fuerza la sostiene, mis ojos tirados sobre mi cara quedan viendo los destellos de algunas estrellas que lograron filtrarse por en enmarañado de hojas.


Sin escucharla, sin esperanza, no quedo mas que concluir.


- Se nos acaba el tiempo


Ella, sosteniendo su ultima palabra en la boca, admira mi tristeza, la transformación espontánea de mi carácter. La inestabilidad es un símbolo manifiesto de la vida, el inicio del orden para consumir al caos. Pero eso nunca se vislumbra en mi mente nublada, la crisis suele ser el único panel al cual ponemos atención, lo demás lo convenimos en prescindible.


Al verme trastornado, se acerca hasta mi, con su mano me regresa al presenta, con la otra suavemente toma mi cabeza hasta llevarla a la línea de sus ojos.


- Has convertido al tiempo en una penitenciaria, por el que sufres aun cuando estas conmigo, debes de pensarlo como un viaje sobre de él. Estoy seguro que eres lo suficiente listo para notarlo, hoy, pasarás sobre el, y cuando veas la tela de este espectáculo, entonces me podrás ver – termina cuando sus labios se acercan lo suficientes a los míos, y de un roce se despide de mi. Abre su paso entre el humo para mostrarme de nuevo en el oscuro parque - te esperan- concluye.


Allí donde el parque terminaba su reino, estaba un taxi amarillo estacionado, un viejo de 60 años con gruesos anteojos y camisa de un tono me esperaba. Prende el texto rojizo de “Ocupado”, la volteo a ver mientras desaparece bailando entre los árboles. Camino hasta el automóvil amarillo, abro la puerta y me sumerjo en él.


- A donde joven? – me pregunta.


- Al aeropuerto, si puede písele, que voy tarde.


Enseguida el taxista no tarda en avanzar por las calles, encontrando en un dos por tres las vueltas necesarias para salir de este laberinto que pensaba impasable. Las prisiones habitacionales pronto quedan en la lejanía, el suave tacto del sillón me relaja, miro el reflejo de los miles de automóviles moviéndose como uno solo. Los ríos de la ciudad han sido intercambiado por cauchos y focos en alta. Nunca nos damos cuenta bien de cómo somos todos algo de todo. El taxista me mira por el retrovisor intuyendo mi viaje. Veo la enorme energía que flota de la ciudad, el cúmulo de fotones que se despiden desde la tierra hasta la estratosfera. Lo se, por que lo miro después de que me dan el boleto, camino hasta el pasillo 5, me siento a leer, espero a que la desesperación levante a los pasajeros a subirse al avión como si este fuera a irse sin ellos, floto hasta el avión, encuentro mi lugar, acomodo la única maleta que me acompaña, miro por la ventanilla, y veo brillar ese enorme escarabajo de donde salí, que por allí se encuentra manejando el taxista de regreso a su casa a descansar, sentarse en la mesa de madera de su comedor, cerrar su día con un cereal frente a un pequeño televisor.


Los aviones nocturnos son generalmente callados. El cansancio se siente en la lenta respiración de los tripulantes. Los niños dejaron lejos sus gritos y travesuras. Los viejos se han abrochado el cinturón y se han dejado al mundo de Morfeo mucho antes de que el avión siquiera despegue. Los pocos que sobrevivimos no buscamos platica alguna, el silencio impera en la aeronave.


Navegamos por el espacio, alejándonos de la tierra y sus dificultades. En el aire, todo parece menos denso, mas suave. Recuerdo un piloto de San Felipe que me contó, “ya no se vivir en la tierra, me pica, siempre busco la primera oportunidad para levitar”. Descanso mi cuerpo, dejo mi corazón palpitar a su ritmo normal. Noto a mi lado una señora de vestido, con un peinado rígido de un tono, que puedo deducir no es el suyo. Mira al frente, nunca a sus lados, ni a mi que la veo sin tintas de agresión, solo la noto, sonrío y me devuelvo a mi espacio.


En alguna parte del planeta, las azafatas caminan con charolas de tentempiés. Nos ofrecen un pequeño sándwich acompañado de una ensalada, un bollo y una bebida al gusto. La señora, ordena una bebida de coñac, yo me conformo con un vaso de jugo de naranja. Pronto nos dedicamos a nuestros alimentos, desenvuelvo la envoltura que contiene mi pequeño emparedado, y apunto de alimentarme, escucho a mi vecina buscar a la azafata, exige que le traigan un poco mas de lechuga para rellenar su sándwich. La azafata, amablemente le comenta que los platillos estan contados, que solo si un pasajero niega su porción, podrían convidarla un poco de esa lechuga sobrante. Pero, solo hasta que todos tengan la oportunidad de decidir. La señora se muestra arisca ante la respuesta. La escucho maldecir, ineptos creo que fue lo que entendí. Volteo a ver mi charola, veo la taza que contiene acaso cuatro pliegues de lechuga, dos rajas de tomate y una bolsita de aderezo. Abro mi emparedado, tomo un pliego verde y lo agrego ha mi emparedado.


- Señora- le digo mientras levanto mi sándwich mostrando la solución a su ecuación


Ella me mira con desdén, hace un ruido y regresa a mirar al frente, a la nuca del asiente frente a ella. Sin importarme mucho su falta de educación, me devuelvo a mi alimento, que aunque no el mejor, lo disfruto con gusto.


Ya en el norte, sin tomarme la molestia de avisar algún amigo para esperarme en el pasillo del aeropuerto, decido regresar como llegue, en un taxi. Me vuelvo inmune a la desorbitada tarifa, y adentro, me dejo llevar hasta mi ciudad natal. Del desierto se empiezan a formar las estructuras de mi ciudad. Los espacios conocidos, los secretos bien guardados, la risas de luz que viajan sobre polvo de ocotillo. Me dejo contagiar por el momento, el instante, la música del chofer con su estación de radio norteña. Las alabanzas al amor y al desamor. En pocos minutos la ciudad hace su aparición. El chofer conociendo la ciudad, no necesita preguntarme mas, avanza por ella con una diligencia profesional.


Veo los anuncios luminosos que se levantan alto para que las aves vayan de compras. Los enormes almacenes de hormigas trabajadoras. Los locos que caminan riendo de nada. Le advierto al chofer que si da vuelta a la izquierda podemos evitarnos el trafico, el chofer accede sin responder.


Las casas de media clase permanecen tranquilas. Sin inmutarse ni saludar a los recién llegados. Reconozco su mirada alerta, la pantalla de un ser realmente amistoso. Río.


- Son las 9 en punto – dice el locutor electrónico de la radio.


Me desatiendo de mi tour y recuerdo el cambio de hora, tomo el celular de mi pantalón, solo para darme cuenta que el solito ha cambiado su horario. 9 PM. Me concentro , miro por la ventanilla. Pasamos por un parque, y para mi asombro, veo un árbol iluminarse con un centenar de luciérnagas. Catatónico intervengo.


- Déjeme aquí.


El final es un inicio

La Dinamita de un Nobel.


Recuerdo que en la presentación de la novela “Este que vez”, el autor Xavier Velasco, llevado por la cadencia de la plática, comentó que en nada deseada el galardón del Nóbel en Literatura. Que sentía un algo de pena en aquellos autores que habiéndolo obtenido, habrían de perder el control total de sus errores, siendo que, a manera de premio, su voz siempre tendría ese valor inflado, sus ideas y comentarios serian siempre relevantes, aun cuando se tratara de temas banales. Se les prohíbe equivocarse. Recuerdo escucharlo, traer a mi memoria la lectura de su primera novela ( y última hasta el momento) el Diablo Guardián.


Lo encontré algo soberbio, altanero, y sin dejar de respetar su libre opinión, creo que en el fondo, con esa larga platica donde el deseaba que lo escucháramos atentos y aun en la disidencia de considerarse un líder de opinión, pienso que en el fondo lo quiere, lo desea, como quien se pone erizo pues lleva dias sin drogarse.


Los premios Nóbel a la excelencia humana han sido repartidos este año 2010. Los científicos siempre en la punta de vanguardia, como siempre, reciben desde su laboratorios y lejos de los reflectores, un galardón por los importantes avances en la física y la química.


Quizá los que siempre se esperan con ansia son los Premios Nóbel al área de Literatura, Economía y el mas controversial de todos, el Premio Nóbel de la Paz. Y no es para menos, los tres se manejan en un lenguaje de masas. Tanto los libros, la moneda y la paz son temas que todos abordamos concientemente en la rutina diaria. Lamentablemente para nuestro limitado conocimiento, aunque siempre tengamos contacto con la física y la química ( desde la sencilla conformación de nuestro ser) no comprendemos tan rápidamente los avances que implican sus respectivas áreas.


Entonces habré de comentar solo un poco de dos ellos, para talvez en otro post hablar sobre el Nóbel de Economía. Me refiero a la liga que existe esta vez entre los Nóbel de Literatura y Nóbel de la Paz. Me siento claramente orgulloso, por ambos personajes de quienes siento de una manera u otra, una hermandad. El primero aunque sin haberlo extrudiñado en sus letras, es el peruano Mario Vargas Llosa, habido escritor de las relaciones humanas, de la individualidad ante la presión de entes mayores como el Estado. Admito, no he tenido el honor de leerlo, pero en mi casa espera un libro que mi padre me donó, el mismo ejemplar que leyó en su adolescencia, Pantaleón y las Visitadoras.


El que mas ánimo me dio, fue el recibido por el escritor y disidente chino Liu Xiabao. El honor a este personaje, se da por una larga lucha pacifica que ejerce contra el enorme monstruo estatal llamado Gobierno Comunista Chino. Aquel ser que como padre adoptivo, todo domina, todo define, todo delega, todo controla. Su falta inició cuando el profesor y crítico escritor participó en las manifestación de Tiananmen. Aquel episodio en 1989 que muchos recordaran por el mítico personaje chino, que con bolsas en mano se enfrenta a los tanques de guerra chinos, desafiando contra toda lógica el orden militar sobre el derecho humano.



La espectacular pantalla de humo que el gobierno chino ha recreado alrededor de su economía, se ha tambaleado de su lugar. Un solo hombre, desde la desnudez de sus palabras, a demostrado que lo que un solo humano es capaz de crear, de poner un gobierno a temblar, estallarlo en furia. A los minutos de que el mundo se enterará que Liu era el galardonado con el premio a la Paz, el gobierno amenazó al gobierno de Noruega en que las relaciones bilaterales podrían verse afectadas por la decisión del Nóbel a un “criminal”.


La ilógica reclama recae en que los premios Nóbel se deciden fuera del orden estatal. Es decir, los premios Nóbel no son un premio del gobierno noruego, sino de la Fundación de los Premios Nóbel.


Y donde esta la importancia, el link entre premios, su relación con la introducción a este post. Primero, que queda demostrado que una sola persona es capaz de cambiar el rumbo del planeta. Que la literatura, aunque puede caer en los remolinos del control y el vacío de su sentido, bien usado es un arma mas poderosa que armamentos bélicos.


Que el Nóbel es un premio que se da por un largo trabajo, por una excelencia de vida, no por una obra en si. Que el Nóbel de la Paz es un galardón que se da a quienes, ignorando su propio bienestar, luchan por uno que convenga a todos como comunidad. Que no quererlo, es aceptar el miedo ha hablar, ha opinar sobre los muchos temas que nos incumben. Liu Xiabao no recibe este premio en una fiesta en Oslo. Liu recibe este premio en la contención de su celda. Al disidente lo acusan de buscar desestabilizar al sistema chino, un hombre letrado que solo busca la libertad de expresión, y hablando, ha creado un sismo que mueve el palacio de fantasía creado por un Partido autoritario.


Para Liu y todos aquellos que se atreven a hablar y son callados a la fuerza, toda mi energía para que obtengan fuerzas y sobrevivan esas injusticias.