Grabacion # 1.1

Era la cúspide de un momento de tensión. Articulaciones tronando por todos lados, respiraciones profundas y sudoración abundante. La trituradora que escarba en la madera hasta encontrar el tesoro de carbón, las hojas se pasan de adelante a atrás, el primero de la fila toma la hoja y la expande en su mesabanco, levanta el brazo, las hojas rozan , pasa sobre su cabeza la resma restante. Él camina por entre las filas, rueda el lápiz entre sus dedos, escucha labios mordidos, su compañero de lado expira una angustia fatal, ¿! El examen era hoy!? Adherir nombre, fecha. Lo demás es un papiro misterioso, una orden malvada que los embruja, los maldice, los encarcela sin oportunidad de fianza. Este es su juicio. Calificamos conocimientos. El tiempo no perdona. La maestra los miras atenta, como un centinela en guardia, ansiosa de captar esa trampa latente, del osado a levantar la mirada más allá del campo de su examen. Los lápices escriben, unos con mucha fuerza; aprietan desesperadamente del carbón a la hoja para que de estas salgan las respuestas. El groso concierto de lápices, lapiceros, los segundos avanzan, número uno, Enumere y explique las etapas en el ciclo del agua. Escucha las gotas caer, reventar al fin de su caída libre. Siente que sufren un poco, desparramadas sus entrañas en el piso que las da sepultura. Le llega la imagen del agua en su paso continua hasta el gran rio subterráneo, uno que cruza el mundo entero y da al mar. Escucha sus propios intestinos alborotados, los siente vivos, palpitantes, los nervios le dan hambre. Intenta escribir, no quedarse atrás en la carrera. Pero cada enunciado se vuelve complicado de terminar, las ideas se le esfuman en el olvido. Se presiona, entra en pánico, ¡imposible perder algo que se tenía tan seguro! La hoja de respuestas en blanco, el sonido de caza del centinela. Desearía escuchar los pensamientos de Vianel, ella que canta canciones de Mónica Naranjo, primera de la segunda fila, pelo largo, castaño y lacio; usa un moño apretado con dibujos coloridos, siempre con crayolas, siempre con los verdes y naranjas completos, con el blanco que termina manchado de todos los demás. Ella le ayuda a estudiar, abre el libro y entre los dos aprenden a solucionar problemas de química, que si los carbonos van o se quedan, que si el vals de los elementos tiene un sinnúmero de reglas, que el cloro y el sodio son sal, pero que no es sal el bicloruro sin sodio. Cosas así, complicadas. La secundaria es una etapa muy complicada, los sonidos de antes se vuelven más fuertes, aturden; como cuando uno anda con la calentura, siente que los susurros de la madre son un regaño a gritos, uno termina temeroso entre las cobijas, con el cuerpo ardiendo y los ojos a punto de reventar.



El reloj no para su paso, tic tac, tic tac, como soldadito marchando, sus botas de piel de segundos resuenan cual tambor al grito de guerra. Las vociferaciones de los compañeros no se dejan esperar. Rosarios vivientes en la basílica, tratando con su voz de reconstruir el pasado, el libro de dios abierto con todas las respuestas a las preguntas. Pregunta, ¿Cuáles son los tipos de suelo en México? Los nombre parecen tan extraños, limos, volcánico, arena, pero su imagen es harto confusa, algunos son tan parecidos que se delibera mucho tiempo para saber cuál es el indicado. Apuestas al azar, incitado por un presentimiento sin fundamento, queda sencillamente a un acto tonto al que vestimos de sagrado, cierra los ojos y levanta el lápiz, allí donde caiga es donde yace la respuesta. El chirrido del carbón subrayando la palabra lo hace notar su canto, esa vara negra tiene su voz carrascosa, suya para que resalte entre tintas y puntillas. Juan aprieta la mandibula, afila los dientes unos con los otros, todos, todos tienen un sonido particular, mueven la oreja, mascan con violencia su goma de mascar, bombean con los labios, aprietan los parpados, pestañean con rapidez, mocos se escurren, ella pide silencio y no creo que nadie lo escuche, por que en ese salón, sea cual sea el resultado del horrendo examen de conocimientos, no hay espacio para el silencio, esto que sucede es la selva del sonido.

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