Creo
que uno de los aspectos que más me han sido difícil asimilar es el cambio. El
cambio constante. Uno fácilmente puede, incluso lo busca, un poco de
estabilidad, de paz. Pero la ilusión de ella, bueno es eso, ilusión. Lo cierto
es que hay ilusiones que pueden viajar con nosotros. Despertar. Comer una torta
ahogada. Besarte. Otras que parecen lejanas se vuelven pronto realidad. El
futuro no es tan lejano. Posiblemente se vengan una serie de cambios que
buscaba y que, de pronto, se vuelvan realidad en un corto-mediano se logren. Y
eso implica dejar esto, esto que se logró conseguir en 7 meses de trabajo. Que bendición
la mía. Y sin embargo no logro desaprenderme de aquello que se volverá ahora
parte de mi memoria, mis recuerdos que alguna vez desempolvaré, y luego el
suspiro.
1 comentarios:
Es placentero voltear hacia atrás, pero después de un buen rato duele la tortícolis.
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