Rick dice que un
laboratorio en Oceanside cocinó una pastilla que borra la depresión. Me dice
que es el mal del siglo, alimento preferido de la industria farmacéutica. Detrás
de esas caras inexpresivas, me dice, yace un muerto viviente. Millares arrodillados
ante nadie, traicionados por sí mismos, justificándose por la traición de su dios
o de quien mejor lo merezca el cargo. Al abrir el periódico leo sobre esa pastilla
que tanto pregona Rick. Si lo de antes no te funciono, entonces este si
funcionará. El juego me hace dudar, pero dudar no cura nada. Te cambia la vida,dice,
un vuelco total. El secreto está en la formula de un doctor húngaro con
apellido difícil de recordar. Salió con la maravilla de un efecto primario
lingüísticamente excepcional: cura a través del tránsito de la depresión por la
apreciación.
Así pues, todo aquello
en caída perpetua por el túnel vacio que no detiene, sin ni final, sin orilla, se convulsiona a la noción de ligereza, donde
un brinco con demasiada fuerza te levanta hasta el alcoba de las nubes. Esas lágrimas de
llanto son apenas perlas de sudor, y aquel pensamiento suicida es la caída de
una cama de una lejana pesadilla. Todo aquello con valor extinto, gracias al
químico, obtiene un valor inusitado hasta ese día. Lo negado es aceptado con
demasía. Antes sordo, ahora se vuelca a cada sonido de la orquestra natural. Lo
real es fantasía. Y cuando uno aprecia bien lo que sucede alrededor, se da
cuenta que todo aquello a lo que uno se aferra con necedad, existe solo a
través del pensamiento.
Al muerto a
quien deprimen al espacio circunferante de la cabeza, en esa celda con apenas
dos diminutos tragaluces, pronto se aleja y se acuesta a descansar en el todo
hasta que su figura resalta gloriosa como constelación estelar.
Que repensar no
sirve de nada, tan solo es perseguirse la cola eternamente. Que no hay voces
que opinen más que esas caras que inventamos. Aprecia uno que aquello que nos
critica, es la crítica misma que aceptamos. La palabra tiene poder cuando se la
damos. El dinero deja de tener razón, asi que los sufrires por la moneda, tan
similares al necio que confunde existencialismo con depreciación de la
existencia.
El significado
está en cada momento. Buen lema de campaña. Con dos pastillas aprenderás
apreciarlo todo, cosa que nunca has hecho.
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