Lie in between lies.



Detrás de toda esa imagen que perpetuas durante los dias, existe un palacio real que siempre quise alcanzar. No encontré mapa que marcara tu horizonte. Se borraron los caminos y por vereda sólo chamizos confusos vuelan perdidos en un eterno solar. No encontré brújula que me alcanzara hasta la puerta que no existe. Dicen los del pueblo que aquello buscado no existe, que es una fábula que se perdió entre los temblores antes del tiempo.



No pude confiar en nadie. Sus palabras se traicionaban por los actos. Los actos eran saboteados por las palabras. Las mentiras, hemos de prevenir aquellos que decidan utilizarlas como uniforme, son el depender de aquel vestido que solamente propicia a la perdida total de la realidad. Una vez que se miente, toda vez que se pierde control sobre su propia persona. La mentira es la madre de todas las mascaras. Es mascara sobre mascara, de múltiples colores, olores. La mentira es bella sin duda. Es amante y excelsa aliada al presente. La mentira nunca piensa en mañana, vive aquí y ahora. La mentira tiene mascara de bella, por eso es fácil usarla.



Y sin embargo todo continua, aquí hoy es también mañana. No hay regreso. Cierto es, la mentira es buen insecticidita para la sobre-confianza. No la confianza sana, la que une piezas sin orilla, sino que mata toda confianza bruta, la que camina con los ojos tapados en un terreno minado.



Mientes, yo se que mientes. Lamento preguntarme desde cuando todo fue una mentira, talvez nada fue cierto, todo un invento para participar ávido en el espectáculo, con derrames, con dolores, de ser participe de un cuento que será siempre tu tragedia mientras yo me siga alejando en busca del sol.



Gymnópedie






Una vez que alcanza la tierna noche su luna sonrisa,

Ella, partera de fantasías,

madre mía... madre de todos...

que nos mira desde el firmamento,

con su claro ojo de bella doncella

con su luz que nos acaricia tiernamente,

perdidos todos en sus propios delirios,

tapados en la sabana de sus desventuras,

cuanto extrañar en cada estrella que se acuesta,

melancólico en una larga cama de hielo,

una tundra sin dueños

una cava donde los sueños

son apenas polares que miran atentos

los espectáculos de la aurora de la vida...



somos un sencillo instante....

Besos coquetones por la Paz



(a propósito de la campaña UNHATE de Benetton)


Obama dándole un beso coqueto a Hugo Chávez


Besos. Besos en los carros que sudan y empañan el parabrisas. Besos con lagrimas saladas en las entradas de los aeropuertos, besos con lagrimas de caramelo en las salidas de los aeropuertos. Besos. Fue un beso la que inició el big bang. Fue un beso lo que decidió tu vida. Y es que el beso es de unión entre dos fronteras, entre dos satélites de carne y hueso con una orbita variable. Un beso es sencillo, es tierno aunque muerda. Un beso no es colisión entre asteroides, un beso es el aterrizaje suave a la luna, es una bella unión entre mundos.



Besos coquetos que unifican de una vez por todas las Koreas



Hoy que hemos dejado de besarnos por los besos de Hollywood, hoy que las fronteras de reja separan los besos entre las naciones, hoy que las paredes y el silencio no prometen mas que aislamiento sin tus labios, hoy más que nunca necesitamos quitarnos el bozal y empezar a besar. Besar literal, beso con ternura, besar durante el sexo, besar con imaginación, besar con el espíritu, todo pero que besar sea un beso empanizado de loco amor.



Besos coquetos entre Primeros Ministros y la paz se establece entre Israel y Palestina


Si tan sólo se supiéramos del poder de un beso. Si tan sólo los labios dejaran de ser pudorosos, si no se taparan con plastas o se escudaran en sus vestimentas temerosas. Si las religiones profesaran el beso y los besos fueran ya, un derecho humano establecido por la ONU, otra historia tendriamos.



Besos coquetos entre religiones


Hoy es tiempo de besarnos, besarnos en los labios, besarnos con los ojos abiertos y preferentemente a los ojos, besarle la mano a la abuela y besarle la nariz al perro, besarle sus tiernas hojas y besar su flor. Besamos por que besamos, besamos por amor y besamos especialmente por que los lideres están a un beso de distancia de alcanzar la paz del mundo.



Besos sin lenguita pero aún coquetos entre Sarkozy y Merkel por una UE unida


El Engaño


Antes de la previsible acción de tu amanecer, afuera leemos por ultima vez las líneas de nuestro discurso. Entonces, acción dicen detrás de las luces, y los unos y las otras comienzan a caminar de aquí allá, disque deprisa por que así nos miras desde tu ventana, disque preocupados por que ese es el papel que nos ha impuesto el guión, entonces saldrás apresurada por esos cinco minutitos traicioneros y uno por uno esperará detrás de un falso escenario con una niña de maquillaje ajustado bigotes falsos y arrugas a los vecinos que deben entrar exactamente cuando tu bajes los escalones que graban uno a uno tus pasos, y afuera medio olvides que debes hacer para que el actor secundaria entre en escena y tope contigo, y aunque todo parezca una burda coincidencia, él sabe ya todo de ti, sabe que piensas y que dirás, sabe como guardas tu corazón cada noche de luna, y que mientras cenas a veces puedes soltar lagrimas para endulzar tu cereal, y entonces el lleva un cereal que cae en el encuentro, sus hojuelas doradas en un piso de unicel, y ambos bajen a mirarse los ojos, para entonces el pierda todas las líneas capturado en tu mirada, y tu adores tanto ese cereal que decidas invitarlo a desayunar contigo, y el improvisto es entonces aceptado hasta por el director, de a la improvisación la libertad de función, todo para el divino engaño de todo el publico televidente.

Exit 25 Block 20




Favor de accionar antes de la lectura.

Gracias por su comprensión.
.....


Cuando salgo de trabajar siento unas terribles ganas de gritar. Me paro frente a mi hogar y veo a los adultos llegar al igual que yo de sus trabajos. Saludos aquí, saludos allá. Y eso no es capaz de calma mi ímpetu por romper el silencio. Dejo mi mochila. Tiro mi llaves. Entonces, simplemente grito. Un potente y notable grito. El cielo se rompe su silencio. Aulló con fuerza. Mi eco me acompaña. La luna se asoma inquisidora. Entonces la veo. Entonces le aúllo a la luna. Le aúllo como si fuera un halcón de caza merodeando su presa. Pero mis ladridos de lobo gris la escaman. Entonces se que la luna sabe que soy un humano, y que conmigo no debe meterse. Y ya que queda concluida mi victoria, entonces aulló de alegría, corro de esquina a esquina, salto a la calle y doy vueltas eufórico entre mi voz. De las ventanas veo a los pequeños vecinos verme. Una puerta por otra se abre y gritos agudos y graves, femeniles y masculinos comienzan la ruidosa conquista de la calle. Reunida al fin, una ávida jauría comienza aullar a todo pulmón. Uno suben a los árboles y cantan como macacos, otros corren de la mano y uno mas se tira al suelo riendo a carcajadas. Los guardias de seguridad llevan estáticos a una cuadra de distancia. Desconocen las razones de la rebelión. En sus ojos brilla el miedo. Los padres también deciden cerrar con dos seguros. Miran incrédulos. Desconocen su joven carne. Y es que cuando los niños tomamos el control, el orden del desorden es pura felicidad.

Defragmentación

Desde aquella mágica sesión que nunca supe cuando terminó, dejaste de ser tú; tu mirada se extravió en alguna de las dimensiones existentes. No tardó mucho para que desaparecieran juntos; corrieron alguna villa de la costa de la california, en algún espacio con aire para enclaustrarte junto a Johnny G. Sin reglas, sin pretextos, sin limites al fin estaban frente a frente, desnudos el uno frente al otro. Donde se fueron encontrado cada diminuto espacio de cuerpo, adentrándose en sus aires, mordiendo la tierra de sus vidas, ardiendo cada uno de las ciudades y erigiendo aquel acto tan bello del amor que amordaza al tiempo para que no hable, ni segundo de voz para ellos que fueron alimentándose uno del otro, de su suave cuerpo de mujer recién encontrada, de un viejo músico de callejón que en suspiros fue acabando dentro de ella, dándole todo su ser en cada batalla entre sábanas. Y sobre las palabras de una luna de madrugada, bailando sobre su éxtasis, ella acerque sus labios hasta su oído y le susurre:

Quiero ser como tú.

Cacareo de Gallinas

Afuera las voces húmedas se diluyen en gotas sobra la frente, con un poco de sal ardiente, sólo la que al gusto se agrega al caldo para que agarre sabor, ese caldo de gallina de corral que sirve para sudarlo todo, sudar esa mallila que se junta detras de cada poro y grita endemoniado por tu demencia y tu tristeza... y sin embargo existe la pimienta, agroz y pendenciera, que nomas le das pista y a puños estruja el alma de sus penurias, y afuera quedan las bacterias que de la nada conocen las flores naranjas, las violetas y las color del mar imitación cielo, y entonces las abejas llegarán a tomar su polen, y con su patitas harán de ellas la miel de la felicidad, ese néctar dulce que se reparte en las mesas de los desayunos, desayunos antes de que a alguien lo manden matar la gallina para el caldo.... y uno que termina siendo uno mismo, llorando mientras toma del pescuezo a la pobre gallinita que cacarea, para que desnuda se vuelva la carne de alratito, de un caldazo que la espera para la hora de la comida.

El charco café

Se escucha las chicharras retumbar con el clamor del ultimo día. Aparece Mexicali en mi recuerdo. Duelo. Mi cuerpo se deshace en chorros de agua que caen a cada paso. Si me desmayo, terminaré
en la tumba de un charquito de agua café en la calle. Es por ello que por cada gota que pierdo, lloro otra !Pues me duele de verdad! !!!Por que me las quitan!!!! si son mias!! solamente mias!!!



(Mensaje de un hombre que perdio la corduro por la humedad)

Frases Subversivas II

»Si yo no hiciera,

al menos una locura por año,

me volvería loco.»


Altazor

Frases Subversivas

Durmiendo se trabaja mejor:
Formen comités de sueños


Julio Cortázar

Ni Ni Ni

I



Ni es el mejor trabajo del mundo. Ni es lo que alguna vez soñé. Es una pesadilla pero sin miedo, ni monstruos, ni torturadores. La oficina es el purgatorio en vida. Pantalla. Guión bajo parpadea; vacío. El tiempo pesa. Los párpados se cansan. Deseo el final, pero éste nunca llegará. Miro a mis compañeros de trabajo. Deprime pensarme que seré ellos, silenciosos, chapeados en un halo sin ilusión. Mi mente viaja. Lo más lejos posible. Viaja de utopía en utopía. Pienso en el pasado y revivo. Pienso en el futuro y soy arquitecto. Pero vuelvo, vuelvo a la misma silla frente a la misma pantalla. El eco de una voz vuelca mi cabeza. Pretendo que es música, pero es arrítmico. Miro el teclado. Inmóvil. Por arriba de la pantalla veo a mi jefe, gritándome. Me levanto y salgo de la oficina. No regresaré. En el camino; un antojo a café.



II



Convertiste el escenario en tu catapulta. Joven. Vibrante. Supiste mantener tus sueños de cambiar al mundo. Te presentas de traje y corbata. Sin embargo, nunca rozaste la soberbia. Y eso te ganó fama. Y la fama en la política es redituable. Una campaña rozando la esperanza. El voto te aplaudió. Entraste con ánimo. El pueblo te entregó su confianza. Las viejas mañas son difíciles de erradicar. La desidiosa burocracia exigió mejores salarios por el mismo trabajo. Poco a poco las tranzas se mostraron, impúdicas. El tráfico de beneficios. Un pantano espeso. Deja de ver, te dijo un viejo lobo, avócate a lo tuyo. Pero siendo tú orgulloso, ni madres. Pusiste dedo en la arteria principal. Los cerdos huyeron. La ciudad vuelta loca. El clima inseguro. Pusieron precio a tu cabeza. El coliseo de la política. Antes de una importante rueda de prensa, escribes en tu móvil. Entras a una cafetería.



III



Trabajar el campo de su padre – ni madres-. Trabajar en la maquila. Ni madres. Le gusta la parranda, andar con los compas. Sacaba el toque, quemaba el hielo. El viaje maestro. Un jalecito –pelada-. En un día ganaría lo que su padre en un mes. Luego al puro placer. Como los ricos, pero los ricos se la pelan. Toma su primera fusca. Sacrifica su primer cristiano. El miedo se diluye en la sangre espesa. Rayones de coca. Lo vuelven miembro de la familia. Si obedece, todo a cambio: mujeres, drogas, dinero…Poder. Llega la orden. Tres rayones de coca, una tacha, el cuerno erecto. Una cafetería. El hombre de saco. Y a todos los presentes de jalón. La muerte lo excita. Llega la placa. Continua la balacera. Su risa se escucha más que la metralla. Se esconde. Cambia de cartucho. Cuando se levanta una bala lo esperaba. Todo acabó.

Tormenta

Caminando por el paseo de piedras, la noche parece especialmente oscura. Lo puedes intuir, su cara es de quien guarda un gran secreto, uno que tiene el tamaño de una semilla, pero su explosión es suficiente para deformar por siempre las leyes de la física terráquea. Pienso intensamente. Pienso en ella detrás de las sombras. Comento al ingeniero mi duda sobre las tormentas, su notable ausencia. El repite las voces, esas que comentan que las nubes nunca merodean estos predios. Noto que falta aire. Que mis pulmones corren cazadores en busca de moléculas para alimentar mi cuerpo. El sofoco es terrible. Temo lo peor; para estas horas el mar debió estar refrescando el ambiente. Me duermo. Me pregunto que estarás haciendo. Deseo platicar contigo, contarte alguna de mis dudas y dejar que alguno de tus desvaríos me sirva de pista para investigar. No se mucho, pero lo investigo. Me siento muy cansado. Hago un viaje mental por mi día. No me parece que haya realizado actos que imperen en mi cansancio, pero aún así, caigo súpito.



No siento la hora. Una luz merodea mi cuarto. Un fuerte ruido inunda la casa. Mi cuerpo se tuerce. La sorpresa se convierte en un ligero temor. Abro los ojos. La ráfaga de luz penetra y se va. Las cosas se ven y desaparecen. Veo mi espejo. Recuerdo que pegué una etiqueta escrita con: IMAGINANTE.



Temo pararme. Cae agua a torrenciales. Se inundará la casa. Quiero escapar. El espejo parece una puerta. De allí también emanan luces. Pero presiento a nuevos huéspedes en ese cuarto, el reflejo del mío. Presiento sus pieles de bestia, seres extraterrestres en medio de una acalorada discusión. La oscuridad aparece y se retuerce con la luz. Los relámpagos crujen el cielo. Debo levantarme, se me acaba el tiempo, debo cruzar el umbral del espejo antes de que me ahogue en mi propio sudor, esperar tranquilo del otro lado a que la tormenta termine. Lo bueno de todo esto, pienso, es que mis macetas se regarán con la mejor agua del planeta.

El Sueño del Hermitaño

Lloras por la Tina

A Mrs "Kandinsky"

Te imagine en la tina. Tus ojos coladera.



Tu cuerpo sumergido , Tu cabeza flotadora..



Lloras. Lo sé. Lo sé porque el rimel abandona carbón por tus mejillas.



El agua corre por tus venas. Eres su prolongación.

Deconstrucción de la Historia Universal

En la biblioteca de la abuela, miro desde el fondo aquellos grandes tomos de la historia universal, condensadores de la sombra del presente, esos viejos libros con miles de hojas que navegan por los episodios que posiblemente, y según el punto de vista del historiador, fueron decisivos para construir lo que hoy somos. De niño me parecieron algo como libros sagrados, venidos de otra dimensión, dentro de los que podía encontrar pedazos de algo que nunca conocería, que estuvo pisando y respirando algo muy parecido a la tierra y el aire que ahora me rodea. Pero luego, al crecer y verme envuelto en pleitos, después de ser confidente de secretos y aliado de epopeyas perdidas, me fui dando cuenta que ninguna historia se cuenta completa. Siempre hay dos lados de la historia. Aunque a mi parecer, hay miles de millones del lados a la historia. Cuestionar la historia es cuestionar la palabra de quien la cuenta. Es cuestionar aquello único que usamos de base para fundamentarnos ante los demás. La verdadera historia es el compendio de puntos de vista. Por ello, eso que se presume como historia universal, nunca contará la historia del árbol que cayó en una zona despoblada.



Por eso heme aquí, un poco más viejo (atribuible al precio de la historia sobre mi cuerpo) y de nuevo paro frente a ellos, los libros que ahora me ven a la misma altura, y pienso en esos fragmentos de papel y tinta que seguramente no se abrieron en 3, 7, 10 años. Que me atrevo a juzgar que nunca se abrieron después de que posaron frente a mi. Pero ahora, como a un viejo decaído, las veo como piezas incompletos de un total. Durmiendo en laureles que nunca existieron. Siento pesar por el uso indiscriminado de la palabra universo, y el racismo de la historia por captar solamente aquellos hechos, generalmente guerras y los triunfos del héroe, los galardones con la inmortalidad de las hojas de historia. Y heme aquí, argumentando frente a frente a todo lo avanzado, haciendo la historia que nunca será contada, más si acaso por estas letras confesadas, y sumo las miles de historias de los normales, de los comunes, que indagadas son tan interesantes como la vida de Napoleón y Atila el Huno. Por ello, y para no caer en la tediosa faena de criticar sin aportar, permítome compartir mi idea, que si acaso la odisea de escribir la historia universal aún existe en ciertos escribanos, entonces comencemos hoy mismo por promover que cada humano escriba su historia. Y sabiéndonos que todos somos mentirosos o al menos totalmente parciales, los historiadores habremos de un arduo trabajo de empatar las historias, corroborar los actos con las fechas de cada uno de los cruces de cada uno de los seres que habitan el planta. El proyecto es de tal dimensión que uno habría de citarse con el abarrotero para en confesión obtenida por un estricto cuestionar, aclare si participó en el intercambio comercial con Doña Lucía, quien compró un kilo de tomate venido de Culiacán, una cebolla morada un poco húmeda, dos chiles serranos maduritos , un manojo de albahaca y un paquete de pasta La Moderna. Y es que ella, en sus memorias, apuntó que aquella pasta que comió mientras las nubes del huracán Dora cabreaban la costa, había sido uno la mejor pasta preparada en su historia.

Fatal Amanecer ----

(Compendio de mensajes rescatados de la residencia ubicada en calle Amanecer adjunta al numero décimo cuarto. El relato retrata la mortal fulminación de una familia a falta de agua. Los textos fueron encontrados escritos en la pared, con tinta de heces de alguno de los miembros, presumible la de toda la familia.)



Los finales nunca son lo que imaginamos.



Todo parecía como algo transitorio. Un típico corte al servicio de agua al cual no habíamos tenido aviso, pero que con seguridad, no tomaría mas de dos días en regresar. Asi comenzó todo, sin prever. Los de la mañana se levantaron y se bañaron a expensas de los de medio día. Para el medio día del primer día, ya no teníamos agua más que del garrafón. Los del mediodía, yo incluido en el grupo, nos pusimos ropa nueva para ocultar cualquier hedor, y en el primer baño ajeno, usando el pozito de las manos juntas, llenamos con agua para lavar la cara de grasa y pesadillas. Splash. Splash. Al parecer nadie se dio cuenta, el olor carecía de penetración. Claro durante la noche, se hizo la platicada y no se tocó el tema. Algunos usaron el baño y alcanzaron a evacuar el topo en la pecera. Estoy casi seguro que una de las mujeres nomás meó y le jaló al baño. Pero yo andaba muy pasheco como para andar preocupado.



Al segundo día escuché los comentarios de ellas, que ya no había ni gota para bañarse. Yo estaba despreocupado, ya tenía un día sin baño y fácilmente podía esperar otro día hasta que llegase el agua. Al parecer nadie en la cuadra tenia agua, o eso dijo C que platicó con la vecina ( por alguna razón que nunca comprendí, él se deleitaba hablando con los vecinos, siendo que estaba más que confirmado que los vecinos nos detestaban). Pero por alguna razón todavía más desconocida, la gente sin agua es capaz de lavar su carro y regar su jardín, así como lo vi del vecino del 22.



Es su agua ( presunción falsa) y eso me aclararía con un tono agresivo. No estaba en ánimo para discusiones. Dos platos y un sartén terminaron en el lavabo como símbolo de un buen desayuno, acaso el último. La chica del tercer piso, S, utilizaba medio balde de agua purificada para lavarse las axilas, la cara y la panocha. Dice que no puede salir sin bañarse, a mi realmente no me importa, andaba sin camisa. La vida no es tan mala.



Al tercer día las cose puso olorosa. Cuando hablo de la cosa, hablo de la casa en su conjunto. Antes de que S bajase del tercer piso, podía olerla, podía oler su axila completamente nevada en desodorante; ella hacia todo lo humanamente posible para sentirse limpia. Yo y P fuimos al abarrotes. Me contó que su novia no deseaba copular con él, que era poco higiénico. Yo solamente escuchaba. En la televisión pasaban la repetición de una telenovela noventera. La protagonista era nativa de la costa, y a su suerte, pues estaba buenota y para ese entonces ningún panguero la había empanzado, un bato ricachón se la llevo a la capital. Miré el periódico; tenía dedos de mugre en las orillas. El titular lo dedicaba al narcotráfico. Por el peinado de la doña del abarrotes, intuí que ella tampoco había remojado sus carnes ni este, ni el día anterior. Se nota cuando la gente no se baña, pero eso se ve desde fuera, porque el olor, de una u otra manera lo mitigas. Esa noche, escuché un sollozo del tercer piso; S lloraba. Me parecía triste abandonar a mi compañera en tiempos así, por lo que me levanté en sólo calzoncillos y subí a consolarla. Cuando entre, ella lamía la mano que restregaba a sus ojos. En ese momento supe, venía lo peor.



Cuando llegó el quinto día, fin de semana, nada parecía alegre. P se llevaba el día escuchando su música pesada y tomando de dos botellas de ron nicaragüenss que le dieron de regalo. De vez en vez me ofrecía a mi pequeña copa de plástico amarillo y me obligaba a sentarme mientras me explicaba del metal gore, de sus inicios y su trascendencia en la historia de la música. Me parecía que estaba perdiendo el piso, pero admito, yo no era la santa imagen de la cordura. Las situaciones extremas siempre sacan lo sicótico que llevamos dentro. La casa era un nido de moscas. No puedo contarles de los baños sin sentir una nausea terrible. La fetidez se ha esparcido por toda la casa. S no ha bajado de su cuarto desde que la vi llorando. Pero díganme si no, cada quien sobrelleva sus penurias a su manera, así que no le presté mucha atención.



Nos tomamos las dos botellas en día y medio. Lo que sumó ya la semana sin agua. Ese día la fila para comprar agua embotellada era larga. Pero allí estamos bajo el sol. Esperanzados. Anhelo algo de nubes, que nos bañen esta inmundicia. La postal es terrible. Si mi madre me viera, seguro me desheredaría.



Regresé en la tarde. La historia en todos los locales era el mismo. Largas filas de silencio. C y su novia habían abandonado la casa. No se llevó nada de sus pertenencias. Me pregunté a donde habrían llegado, si talvez debiera seguirlos, pero la sola imagen de caminar agudizó mi sed y me venció. Caí debajo del árbol. Por primera vez pensé en dios, en lo terrible que era por no darnos una botellita de agua, o que mandara a su hijo y convirtiera todo el vino en agua. Deliraba. Tomé algo de césped y empecé a rumiarlo. La clorofila era poca y no me apetecía, pero eso poco calmaba mi angustia. De pronto, escuché unos gritos en la casa. Venían del segundo piso. El metal no habia cesado ya en tres días. Retumbaba en las ventanas. Era un himno terrible. Escuché golpes a la madera. Moví mi cabeza a la puerta. La había cerrado a mi salida. Los gritos mudaron del segundo al tercer piso. El sol estaba al cenit. Regresé la mirada a mis pensamiento cuando, un aullido antecedió al bulto que cayó a mi lado. Sorprendido volteé. Era S.



Después de aquel incidente, atranqué la puerta de entrada. El sol laceraba horriblemente mi piel. Me preguntaba por F, pero también le temía. No había movido el cuerpo de S de su ultima caída. Lo único que pude fue ofrendarle flores marchitas. Las palabras no me salieron; se habían secado por completo.



Al fin, decidí entrar a casa. Pensé, si muero, al menos que sea en mi lecho. Un grave estruendo aún surgía de las bocinas en el cuarto de F, pero el tiempo indeterminado tocando el mismo disco las había roto, así que se sumaba una vibración que no hacía mas que volver más temible aquella melodía. Subí los primeros diez escalones hasta el segundo piso. La puerta estaba semiabierta. Podía ver el cuerpo de F, sentado en su cama, un poco encorvado. Empuje la puerta con el pie. Rechinó al abrise. Un golpe pestilente me alcanzó. Lo vi. Tranquilo, sus piernas sostenían sus brazos que caían hacía adentro. Su cara miraba al frente, sus ojos abiertos sin pestañear, estaba concentrado a la pared. Le hable por su nombre, pero no respondió. Me acerqué unos pasos y entonces pude ver lo que veía atentamente. Había dibujado un sinnúmero de jeroglíficos en la pared. De tinta había sus heces y algo de sangre. Los dibujos se alargaban de un lado al otro, invadían el techo, el armario, su ropa, la ventana. Había caras, pero era difícil encontrarle forma. De cualquier manera no tenía punto. F había muerto en mano de sus bestias más temibles. Cerré la puerta de su cuarto y me encerré en el mió. No faltaba que me dijeran quien seguía en la lista. De repente me entró una terrible urgencia de abrazar a mi madre, de besarla y acostar mi cabeza en sus piernas mientras me peina con dulzura.



Sumergí mi dedo en la mierda y escribí.

El Ondeado



Nombre, pinche ondeado ese, y es que neta que si, porque no cualquier te dice ese tipo de cosas, tu sabes, yo no creía en nada, pero luego pasa esto, que lo miras a los ojos y te dicen algo que te cambia todo. Y ya nada vuelve a ser igual. Nombre, tienen una mirada misteriosa, les brilla un fuego en la profundidad. Como si no tuvieran fondo. Yo digo que son monstruos del mezcal. Por que si huelen. Huelen fuerte. Y cuando cruzan tu camino, no te dejan pasar. Te detienen a la fuerza, te paran para contarte tu destino. De su pocket sacan una navaja con un peyote sangrando, y derrepente las nubes se ponen bien tupiditas. Como si quisieran ver lo que esta apunto de suceder. Y sucede lo que sucede. Mira que estar en medio del desierto con la luna rodeada de nubes no es algo tìpico. Te tripea machin. Vieras que luna había, un ojo claro que nunca parpadea, y dice, de mi nunca escaparás.


Ese bato lee la mente. Neta, así que mejor no pensar mucho cuando andas con él, pero nimodo que qué, te digo no es que lo andes buscando, sino que él te llega. Ya sabes como son: como los dealers, esos te dicen, nunca llegues a mi cantón, pobre de time vale verga si andas erizo, tu dime donde estas, y yo llego con el postre. Para empezar, y pa que le bajes a tu cara de, este pinchi mamón pirata, yo ya deje esas ondas, porque no, con esta historia neta que, neta que, nada es igual, te lo juro. La cheve ya no sabe a cheve, el limón es dulce, la sal pimienta. Luego mira la cara de las personas, y noto como algunos te tiran miradas bien acá, tu sabes por que eres morra y sabes definir miradas, las acá de, caile paca mijita, y las de, tsss estas bien buena mami, pero has visto esas otras miradas, las que te ven el alma, ya sabes, una doña bien pirata que se te queda mirando, una niña que parece tonta y tómala que te mira todo tu pasado. Neta yo no se quienes son estas personas, pero por esta que no debes pasarlo por alto, si te miran es por que te conocen, y solamente las personas que te conocen bien, pueden decir algo de ti, algo tan poderoso que cambie radicalmente el rumbo de tu vida.

Diccionario

sientate conmigo....
......... ahora inventa una palabra.....

...¿listo?...

...ahora busca su significado de cuando antes de que la rebautizaras...

El Libro de los Simbolos

Hay sol y hace calor. El viejo rompe el silencio ,

Va a llover..

Sin responder, saco del morral un paraguas y lo abro sobre mí ...

Ver

De la nada, se nuble mi vista.


O no, dónde esta la luz?!


Levanto mis manos y toco los ojos. Me los pico. Lloran. Son los mismos, con su ojo esférico y su sombrero de pestañas, pero a diferencia de hace un segundo, sólo ven oscuridad

Que terrible peste a caido sobre mi!!


Cómo vere a la mujer de mi vida. Y los paisajes del mundo. Y la cara de mi hijo creciendo.


Una pesadilla en vida.... Seré desdichado. Lloraré toda mi vida hasta que se derrame cada segundo de mi vida, y pueda morir como debo, como una victima..


Y asi continuo hablando y hablando, sin saber que solamente estaba cubierto por una cobija en un cuarto iluminado...

Fuck This Shit (FTS)


Qué no ven ustedes señoras y señores, que nadie cambie nada cambia. Nunca crecemos y justo cuando lo hacemos nuestro cuerpo se queja, se queja y llora como un niño que sangra de su rodilla. No tiene sentido estar enojado, no tiene sentido estar triste ni feliz ni nada. Todo sentimiento es exactamente igual, bien podría tomar las noticias con una risa escandalosa con el sólo fin de sentir. Prefiero que me piensen como el loco, que iracundo sacude los momentos de felicidad, y que en los momentos más trágicos ríe como si oidos fueran testigos de un fabuloso chiste. Hoy la vida es bruta, tonta, hoy el desayuno parece mierda de vaca, las voces huelen a sus encías llenas que esconden comida podrida. Estamos podridos, eso me diste entender desde el dia que te conocí, querida mancha. Aquí somos tu y yo hasta el final.

BAILE HASTA DESAPARECER

Cualquier intento para describir lo indescriptible,

sólo colaboraría a destruirlo.

Pollock



Los notas musicales asentaban un clima bajo en el lugar, una bruma fantasma sobre la loceta pálida y quebradiza, discos de vinil ansiando un ultimo canto en una pared olvidada mezclada con el aroma rojizo del bar en el centro, la quinta de la ciudad, de los hombres perdidos y mujeres amantes. Los vasos se dejaban acompañar por los besos erizantes de una caguama fría bien fría. En la barra hay platicas bajas y una risa larga. Todos sentados, nadie mira alrededor, sólo al frente y un poco alado, esperando, siempre esperando. Columnas de burbujas nacen del fondo de tu vaso, emergen de la nada excitadas hasta alzarse a la superficie donde se reúnen con las demás de su especie. Levantas el vaso, que valga notarlo, nunca repite patrón con los vasos de aquel bar cantante, todos singulares. Miras las burbujas amontonadas, efervescentes. Deduces su especie natal, el pretexto de la reunión, pretexto sea día feriado, feria de pueblo, un pueblo en armas. Los tumultos pueden ser cualquier cosa, la razón es pretexto, todo depende del ánimo de las personas. La silla se hunde hasta sus negras patas, su fondo naranja vacío, a la espera. Cierras los ojos. Recuerdas tus ojos cerrados en el camerino, esperando los cinco minutos de ansiedad, respiras para que todo desaparezca, que nada salga a destiempo, todo a su tiempo; su momento llegará.


Me siento en la cuarta fila, octavo asiento. Intento molestar lo menos posible a mi paso. He llegado tarde. Lo sé. Las luces llevan tiempo apagadas, los escalones no presentan ese camino iluminado para el desorientado. Doy pasos a tientas, no miro más que la silueta de un centenar de narices atentas al escenario. Adaptativo como en un juego, encuentro asiento en una butaca vacía, abro mi saco y del bolsillo emerjo un pañuelo hecho bulto. Dos dedos juegan a desatar el nudo mientras cae el pudor de mi nariz postiza, la levanto y con un movimiento ágil la conecto a mi cuerpo. Al fin, camuflado, me vuelvo parte de una larga estela que comienza con el reflejo de mis gafas y termina en la curvatura de mis pozos. Respiro. Si no he llegado a tiempo, se que al menos tendré el tiempo suficiente para reconocerte. El camino es largo, nadie parece saberlo tan bien como yo. Atrás desaparece esa gran metrópoli donde se reúne un bosque de secos guayabos orando por las primeras lluvias de verano, debajo los valles de cañaveral que siempre te remontan a una mágica manada de zorros gigantes que duermen con la cola en alto, los esteros de Esquinapa que su gente natal apoda “El Atascón”, hasta bajar por el río de los dos continentes y llegar en el taxi de los trescientes pesos hasta el edificio donde, detrás del telón, te escondes bajo tu mirada en el espejo. Perder dos horas, luego ganarlas. El mundo mueve las horas a diestra. Dos horas antes vivía junto a mujeres y hombres con esa particularidad física que aturdía, caras custodiadas por una orejas de un tamaño desproporcional. Repetidamente contenía ese deseo de hablar, sentía que hasta la voz de mis pensamientos podrían escuchar, que terminaría rodeado de una turba enardecida, penitenciaria de pecadores. Han pasado dos horas y son la misma hora en el reloj. Burla pesada. Aquí huele a canton, aquí la gente canta al hablar.


Dos días antes de esperar, mientras caminabas lentamente esa vereda del parque custodiaba por enormes árboles de eucalipto, presentías. En el camino una familia sentaba miraba sin hablar. Aaaaaaaahh. Un terrible alarido envuelve el ambiente. Volteas. Un niño comienza a llorar. Sigues tu paso cuando una mujer detiene un auto entre violentos aullidos, el chofer se detiene perplejo mientras a tientas ella da pasos buscando su ayuda y la gente que la sigue unos metros atrás sin hacer más. Menuda su suerte. Ese día se reportaron seis casos, dos hombres, una mujer y tres niños, que en sus respectivos momentos, fueron victimas de una sorpresiva combustión espontánea a través de los ojos. El ataque, sin aviso, explotó con fuertes llamaradas que emanaban como sopletes iracundos. Ese rugir siempre delata, combustión en un día de parque, de un domingo que se presumía de placentero. Los ofendidos, victimas de la sorpresa, corren con aquella flamante ceguera de la banqueta a la calle, de la calle a la otra acera sin contener el silbido de dos cohetones enfurecidos. Los vecinos intentan calmarlos con palabras de apoyo. Pero para situaciones así, sabes, las palabras nunca son suficientes. Las palabras no mitigan el ardor de un bosque de pestañas en llamas. Caminaste en dirección contraria lo más rápido posible, y afuera del cauce del parque pensaste en ellos con algo de compasión. Uno piensa que sus problemas son el centro del universo, y luego uno se entera que hay personas que deben vivir con ojos que egoístamente explotan en llamas y lo dejan a uno con una vista oliendo a cenizas por semanas.


Emelia y su cuñado llegan a la segunda mesa, la que espera junto a la rockola. No se toman de la mano. Han pasado años desde la muerte de su respectiva pareja. Juntos se despiden de sus hijos y se alejan hasta llegar al Bar La Quinta. Aunque él por mucho lo desee [cree haber olvidado el sentir de amor que dos manos pueden compartir], actúa como si tal acto de tomarse de la mano fuera innecesario. Ella, aunque lo propone [recuerda las manos de su esposo con nostalgia ] complica mostrándose un poco alejada. Son soberanos del castillo del sábado que entra por la ventana del cielo, que cubre la ciudades de una ansiedad prometedora, con cálidos vientos prometen ya el verano. Locos, todos están ya locos, los locos andan con cemento y caminan sobre él, y aunque las estrellas nunca más caminen por las ciudades de la frontera, aunque la luna luce penosa escondida entre los edificios, no cesará de agitarse con la música; invitará a bailar, a que los cuerpos se peguen, se sientan juntitos la tela como su piel se eriza al contacto, y talvez con placer tome el lugar de los danzantes, y así por fin olviden que el tiempo existe al final de cada canción, que son eternos.


Te levantas justo a tiempo. Tus dedos descalzos se frotan entre si, se acarician alegres mientras una clase se aleja en el viaje de un paso a otro buscando la plataforma principal. Ingresas al escenario por la entrada lateral, un camino corto hasta tomar tu lugar, los dedos firmes al frente, en un estado de estricta concentración. Aunque integrante de la compañía de teatro, ya no la sientes junto a ti. Aunque el público llena de narices la oscuridad, sabes que en momentos serán acaso el minúsculo reflejo de una selva de luciérnagas en movimiento. Sabes que él te mira en un lugar por allí, escondido detrás de la sombra. Pero es sombra, así que estas sola, en el espectáculo iluminada por diez soles que son cometas brillando en su viaje a través del universo, tu danza comienza.


El Mahmuth dispara la tarola. El bajo incita. El mostacho musical. Amelia y el cuñado llevan abrasados con cada canción de pretexto. Al mismo tiempo, ese norteñito se expande, se inyecta de danzón las vértebras del más estéril presentes. Nadie quiere sentirse solo en un universo tan vasto. Con dos manos te levanto de un jalón. Sonríes.



Durante el baile, siento que no soy yo. Siento que me separo de mi persona, una valija, que algo fluye por mi cuerpo, lo toma, me pierde en el baile. La gente dice que bailé espectacular, que mis pasos no eran de este planeta, que fue tan sublime que se escucharon varios cuerpos azotar desmayados en las filas anteriores. Yo no sé bien que fue lo que paso, vuelvo a mí junto a mis compañeras en un baño de aplausos estallantes. Lo siguiente es que lloraré dias sin salir de mi cuarto.


Una lagrima cae sobre las palabras, las palabras lloran contigo.

El escenario es bastante oscuro, mi vista bastante mala. Su cuerpo se contornea desprovista de columna, se yerguen en un juego de movimientos aéreos, flexibles arquean sus brazos, dejan sueltos los dedos como cuerpos colgados, inertes, y con un ligero impulso se llevan todo al aire, flotan desafiando todas las leyes básicas, se mantiene, gira deformando un cuerpo esbelto, recreando siluetas que hasta ahora me parecían extintas. Intento reconocerte entre los cuerpos, dos, tres, cuatro, uno. El baile me recuerda en un globo de memoria a la primera ves que te encontré, ese día bailamos.


Detrás del globo estas tú, pero el globo flota y floto con el, detrás, una nube ríe con tu cara.


En tu bolso encontré un boleto de ida, yo tenia el de regreso. De nuevo la bruma inunda las terminales. Gente llega a encuentros momentáneos, siempre procura llegar no antes, no después.. Sonrío, he dejado de pensar más. Esta terminal acaba el viaje. Comienza otro. Dos parejas en medio del neón de una pista nocturna. Sonríen desconociendo el amor que fluye entre ellos. No pienses en amor, espanta. Si acaso exista un diccionario para aquellos sentires, se definiría algo nuevo, mágico. Hablaste por tiempo y al fin entendí. Un viaje, movimiento, la danza, un encuentro, te levanto. Te beso. Y ahora bailamos de nuevo, bailamos hasta desaparecer.

Luna de Verano

Ya se ha pasado la hora a la madrugada y estoy a punto de partir de nuevo a otro paraje, a empezar un nuevo proyecto en otra ciudad. Esto, que antes me hubiera puesto en buenos ánimos, ahora se ha vuelto simplemente en un momento repetitivo. Dejo mi ciudad natal, a mi familia y mis amigos, y aunque me tocó vivir un par de episodios relevantes y divertidos, apenas me funcionaron como un suspiro. Por lo demás estoy seguro que me voy sin ninguna nostalgia que me detenga. Volver a mi ciudad se ha vuelto un proceso difícil, no pasa mucho cuando ya me sumerjo en una rutina a la que me es difícil acoplarme. Me he vuelto silencioso y hablo solamente cuando encuentro a las personas que, según mi consideración valen la pena, que tengo momentos de lucidez. Lamentablemente esto no es todos los dias, y en los dias que pasa, son acaso por minutos, horas, ratitos.



Continuo en esta búsqueda del amor. Siento hastío de estar solo y no poder dedicarle todo a una persona. Siento que desconozco como mostrarme y menos como actuar para que un puente se una entre dos almas. Al ultimo el momento se vuelve nada, vivo buscando con un boleto de avión que me espera a la mañana siguiente (requisito indispensable para sacrificar cada posible relación) y con cada relación que se quede en mi memoria, siento que me vuelvo más frío. En cierta manera me he vuelto también grosero. Estoy consciente de todo este proceso, y es por ello que he tomado decisiones, que aunque lentas, siento que al menos pueden regresarme un nivel de balance que tanto gusto.



Definitivamente no he encontrado a la persona con quien pueda pasar el rato ( vida) y las pocas mujeres que llenan de algo en mi corazón, han sido sólo suspiros que crecen desproporcionadamente en mi memoria. Mis relaciones se han minimizado a tal nivel, que puedo vivir enamorado con horas de conocer a una mujer. Uno que viaja tanto aprende rápidamente a leer a las personas en la medida de lo posible. Creo que no es necesario conocer todos los aspectos de una persona para que el corazón se sienta atraído. Y aunque ella mienta (todos mentimos), si uno es verdaderamente atento puede leer cada mentira ( sin saber la verdad) pero reconociendo que el sentir se basa en lo oculto, en lo que esconde detrás de cada mentira.



Creo que cada quien busca lo que quiere, aunque muchos batallen mucho y otros una vez que lo tienen, luego se sienten perdidos y se refugian en el trabajo monótono para solventarlo. En eso si que no juzgo, no creo que mi vida sea perfecta, en lo más mínimo, es más ni siquiera la recomiendo. Mi vida es mía y soy único responsable de todas mis decisiones. Me gusta viajar, me gusta amar. Esas dos son mis verdaderas adicciones, por eso tomo fotografías y tengo un algo para unir una palabra con la otra.



Saben, hace tiempo que no escribía algo tan personal, pero bueno, me cuesta trabajo mentir.



He abandonado un número de adicciones, y estoy en paso de pasar a otras. Es un paso, me reconozco, doy pasos y respiro. El ingeniero, un mega pragmático (dígase de las personas que no pierden tiempo de más en estos deliberes y actúan casi por instinto) me ha enseñado, solamente viéndolo vivir, de que hay cosas que más vale no darle pensamiento de más. Por el bien de uno, por el bien de todos. En unas horas salgo a buscar de nuevo en un paisaje nuevo. Si sueño o no hoy, será algo que les contaré después, por ahora, les deseo una noche intensa. No podría más a una noche de la primera luna llena que realmente se viste con ropa de verano.

Itinerario


Tome una hoja. Sobre ella imprima una lista de las horas, en orden ascendente descendiendo una sobre otra. Escríbalas con un molde legible. Las horas son la casa de sus actos. Véalas desde lejos.



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Mirelo mirándose. Esto es el medio día de toda su vida. Son un año entero. Suman dos años pasados de una década bien vivida. Cada una arropa un momento. Un designio de su memoria que ha guardado celosamente. Lo repite no porque a los demás les interesen los capítulos de su vida, sino porqué el número, suyo o al menos siempre para usted, lo declama cuando usted, tipo auditor, verifica que su existencia sea resguardado cabalmente, cumpliendo con todos las normas de seguridad por ley establecidas.



Antes de crecer/de-crecer, conozca bien esto. La ley no es creada contra usted, aunque así lo parezca, pero llegará un momento a caer pesada sobre su espalda, un día en que todos serán afectados con la falta del recuerdo. En un día claro, los números se olvidarán del secreto que resguardan. Ese día quedará usted solo ante todo. Abandonado. Sin historias, sin memoria. Sin pasado se derrite su piel, pierde el pelo entre el viento, su cuerpo cae a su estado natural, tierra. El corazón alentará su paso. Cansado. Olvidará que tiene números, que están allí con usted, en las buenas y en las malas. Pero que en la gran despedida, se reunirán los números en una gran ceremonia donde presentarán, con disfraces y música de pianola, el museo de vida entera. Diapositiva tras diapositiva llorará de verse de nuevo, vivir los números uno tras otro, vida, muerte, risa, temor, besos, dolor. Entonces recordará quien es, todo quien es, justo, en el momento preciso para comenzar de nuevo.

Amanecer #14



La mansión de la locura, demente de las madrugadas; 14 pregunta el guardia, prohibidísimo, censurada por decreto presidencial y papal. Los vecinos la odian a siniestra, invasores detestables les roban el sueño, dicen que grita, que grita, mas que grito parece que aúlla depredador. A la luna bailan paganos, hasta la madrugada llegan vivos inmortales, y miran con desdén al sol, caliente, caliente, si acaso la fiesta [siempre adicta a si misma] pide más tiempo, más. Desde arriba la Bruja , reina, hace conjuros, patas de araña, whisky en las rocas, lengua de cachora y caguama familiar. Las serpientes de humo emanan como dragones desde su ventana. Circulan fuera del iris, del centro del ojo de la casa con mostacho. Llama desde lejos a los patrocinadores del cónclave, con el son del beat que el micro llevan sin cesar. Llegan de lejos los cometas desde galaxias hermanas, llega en chinga, cierto, para espantar vibras temerosas, todo parece terminar, que el impacto es inminente y mortal. Nunca dejes que la ola te revuelque, imposible domarla, más si montarla. El cometa es digno de profecías, llega desde inframundo con la lírica de las estrellas. Pobre de aquel que se meta con él, pues desencadena la furia de los titanes, una fuerza atómica capaz volver polvo planetas enteros; pero no teman, aquel que hermano es, nunca cederá en cuidar a los que de su familia son. Que amanezca en el 14, desayuno de manos del hombre del lejano Mohoho, pan de centeno y huevos de pavorreal, leche de sumario con nuez moscada apunto de envenenar. Les gusta la aventura, se acercan al límite, somos galantes, somos crueles, somos libres, somos el centro del universo.


Me voy con la siguiente ráfaga sin antes confesar: extraño extrañar el amanecer, no tanto por sus espacios [tan abstractos ellos] sino por el contenido que me queda grabado en la pared de mi memoria. Son ustedes mi familia, a ustedes mis palabras. Con todo amor me retiro triste, llorando de risa porque, sé, admito, profetizo, el siguiente momento en que nos topemos, será peor, siempre terrible y divertidamente peor!

Estaciones +/-

Inevitablemente, ni aunque al verano ame al sol, ni aunque ruegue de rodillas por cinco minutos más de vida, podrá detener su muerte en manos del otoño. Los ciclos están todos para un momento diferente disfrutar, que transitemos melodiosamente entre las estaciones para: cambiar de música al escuchar, mirar lo nuevo al caminar. Inevitablemente la soledad se vuelve el espacio perfecto para el amor, pues el vacío es idóneo para rellenar, tan lleno que se desborda por los orificios del cuerpo. Un beso acaba en el tiempo indicado para que el siguiente comience . Tus ojos son los mismos que deje de ver, sólo para extrañar su brillo frente a al faro que se enamoró de la luna durimiendo en parque donde te ofrecí mi amor. El día muere por la la madrugada que le ofrece un momento de vida más. Vuelvo justo para irme de nuevo. Pero ahora te necesito junto a mí; para ser la razón de tu beso cerrado, el susurro de tu oído sordo: hoy más que ayer estas en mí, pues ahora se, este espacio nunca fue para ti.

30° C 30 sec

Contemplo los segundos mientras llevan con sus manitas la orilla del plato alrededor de los rayos UV que lucen violetas y sonrientes. Me separo de la pantalla (siempre esta ese miedo a la radiación y su consecuente régimen de mutaciones fuera de control) para encontrar algún local donde me regalen un tenedor ( nunca lleves tenedores, habla mal de ti) Regreso al reloj y el tiempo continua su paso, tengo menos de medio minuto. Aprieto el paso hasta la cenaduría, ahora mismo mis tamales dan vueltas calientitos, pero los buitres merodean, cualquiera puede llevárselos y devorarlos sin mayor remordimiento. La transacción debe ser rápida, la defensa implacable. Los segundos más importantes de mi vida, con esos segundos en retroceso comprendo la importancia de la medición del tiempo, comprendo el mundo y que nos volvemos viejos con su paso, los segundos son la caballería del tiempo que no cesa de avanzar, las miradas furtivas, los tamales giran con una risa bucónica, yo y el tenedor, el microondas el reloj del universo, dicta que el tiempo todo lo cocina, y nos abandona en un termino tres cuartos.

Ti. Ti. Ti.

Pluma Felina

Pasas NO me miras
eres tuya,
..................... pero
mi tacto te complace
duro, profundo de placer,
................... te vienes,
y te vas,
................... de nuevo,
No te veré más,
Me quedará solo la tinta de tus besos
la sombra de tu esencia,
Tus letras cargan tu olor,
.....................te recuerdo,
solo en mi cajón,
No te veré más,
Siempre fuiste tuya.

Enclaustro

Disculpe usted por la sobriedad de esta mi casa, pero usted habrá de comprender que en estos tiempos, los objetos resultan una seria carga para la economía personal. Comprendo que el piso no sea la mejor de las superficies para tomar el té, pero como la celda bien lo hace ver, mi invitación para el té siempre fue una pretexto para que ignoraras lo molesto y tardado de todos los puestos de revisión y decidieras venir a visitarme.


Ahora bien, permítame aseverarle, sin afán de convencer ni justificar mi estilo, que el vacío me ha servido para valorar lo verdadero, la sensación, será pues, único elemento que realmente vale la pena en nuestro existir. Puede que no entienda, pues consideras que sin nada es imposible sentir. Tienes un cierto grado de razón, mas no todo. Digamos que realmente deseo recostarme en un sofá, esos sofas de Iturralde que te permiten soñar con ellos en tu salón frente a tu televisor. Mi mente crea ese sillón forrado de piel, esos que te acarician en las horas pesadas de medio día, que su olor es formol, y que te adormece a tal estado que sólo podría compararlo con un niño en cuna.


En fin, siento haberte traído hasta aquí a base de lo que puedes considerar como una sarta de mentiras sin fondo ni objeto; ciertamente tu presencia aquí también me desconcierta. No tuve tiempo para regaderas ni una rasurada que al menos te diera una imagen mas sensata de mi persona. Para evitar incomodidades, te pido que te retires, que tu imagen se desvanezca lentamente frente a mi y me vuelva a quedar solo, cómodamente en mi claustro donde pueda cantar las odas del día.