Déjate caer,
sucumbe al océano liviano,
entre moléculas de agua y rio,
cascadas feroces al
vino fermento
Arde tu piel, cenizas de arena flotando
¡No me llames por mi nombre!
Bautízame en tu realidad,
Veme, tómame,
Entre los troncos nace un pequeño desierto,
Y yo apenas despierto entre las dunas de tela.
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