Yo soy # 133




No hay nada mejor que cuando, por sorpresa, el débil propina un golpe certero al fuerte. Le saca el aire. Le dobla las rodillas al suelo. Lo sorprende en su lado más fuerte. Nace la esperanza donde todo estaba decidido. Es ese momento donde la señora justicia mete mano por nosotros. Los que nunca se toman en cuenta. La vertebra de un país. Me gusta todavía más que sean los que menos pensamos lo que se avienten al ruedo. No hay mesías, hay masas consientes.


Dicen que a los jóvenes se hereda el futuro, pero nunca los toman en cuenta para formar el hoy. Ya te tocará, les dicen. Y ya para cuando nos toca, se tomaron, neta, todas las peores decisiones. Se abandonó el curso, se saquearon las cuentas, se construyeron sin pensar,  se cultivo el odio,  despidieron en masa, se contaminó en exceso.


En la escuela y en casa te dicen,  un día te darás cuenta que  no puedes cambiar al mundo. Y entonces cómo que te la crees y te adaptas a la realidad.


Nosotros afuera estamos contaminados de realidad: las facturas, los miedos, las frustraciones traficas que pasamos de generación en generación, el sinsabor de la rutina donde uno vence solamente solo,  la aceptación de todas las anteriores como predeterminado. Nosotros afuera no creamos cambio, nosotros afuera lo prolongamos empujando lentamente la espina al ojo.


Por ello hoy me sumo, me manifiesto joven, hippi, fresa, desempleado, artista, graduado, naco, perdido, idealista, caminante, amoroso, soñador; que no hay límites que no podamos redifinir nosotros mismos.


Que mejor que cambiar al mundo cuando en verdad crees que puedes cambiarlo.





Déjate caer,

sucumbe al océano liviano,

entre moléculas de agua y rio,

 cascadas feroces                              al vino fermento

Arde tu piel, cenizas de arena flotando

¡No me llames por mi nombre!

Bautízame en tu realidad,

Veme, tómame,

Entre los troncos nace un pequeño desierto,

Y yo apenas despierto entre las dunas de tela.

Aviso de Ocasión





Se busca persona obediente, mucha experiencia, disponibilidad de horarios, trabaje por el mínimo.


Llega el jueves y los niños del periódico no pueden gritar con la garganta seca. Suda en el despacho de pavimento un diseñador desesperado porque nadie recibe sus volantes. Hoy nadie abre la ventana. En Samborns toman café barato 58 abogados esperando uno de esos pleitos largos para asalariar su situación. Llega una mona mesera recién recibida en psicología, la cual gustaría de escuchar las historias de la mitad de sus clientes y poderlos reanimar de que es posible brillar en todos los ámbitos de la vida. Lamentablemente ni ella puede superarse. Afuera, un taxi chofereado por un ingeniero motivado por arreglar el motor de un Atos sin radio,  espera que alguno de los jóvenes de la plaza reciba la autorización para una cita. Hasta la joven mercadóloga  que vende celulares en ese stand de los pasillos espera esa llamada. Una llamada misteriosa. No se sabe cuando, ni de dónde llegará. No duermen, apenas comen. Esperan día y noche a que los escogen de entre la multitud. Para recibir un poco de ingreso y comenzarlo a gastar en nimiedades y al fin  poder opinar tranquilamente desde la butaca que este mundo es para quien lo merece.


Hoy habrá más Djs que doctores. Más comunicólogos que agricultores. Expulsan cabezas de birrete y diploma con fotografía ovalada de politólogos, relacionistas y contadores a la banqueta para puestos que nunca se planearon para existir.


Creo al final todos nos volveremos vendedores (de mente abierta), porque en plena crisis, es el único empleo que no ha mermado en el aviso de ocasión.



Síndrome Desletrado


Hoy no me sale eso de escribir...

Los sujetos se tropiezan con sus adjetivos. No encuentran la mano de su predicado.  No saben donde detenerse a respirar, no saben si son mudos o si es deber ser imperativos. Los personajes no leyeron sus guiones, contrataron a no profesionales que tienen vergüenza de improvisar incluso en su propia vida. Hay temor del maestro de gramática. Hay paranoia colectiva; lo imaginan como un verdugo de cuero que con sólo apretar su gruesa mano al cuello de una palabra le aplastaría la existencia. Nadie quiere participar. Asustadizas se esconden en sus cuevas de esa montaña alfabeta, sollozando, a la espera del héroe que venga a reescribir sus vidas. Sin palabras, cada letra queda sola. Abandonada. Desconocen el potencial que yace dentro de ellas, poder convertirse  en algo más grande que sí misma, libre en un poema, épico en el mito, impreso a la eternidad.


Pero hoy que desconocemos el paradero del punto final, simple y sencillamente,  no me sale eso de escribir.

Modas erróneas de Verano


Algo hicimos mal. Estoy seguro. En dos cuadras mis piernas sudan en el sauna de mezclilla.
En algo nos equivocamos. Esta etiqueta es una burla. El termómetro sube minuto a minuto. Los ojos se esconden detrás de las pestañas desesperados por no perder lagrima alguna, única agua que tienen purificada. Que llorar hidrate el cuerpo, hasta eso hemos llegado. Y si un justificador en modas llegara a ver nuestras vestimentas nos preguntaría, por que se torturan al vestir pantalón cuando el asfalto es un horno de lenta cocción? Camisas largas de botones y zapatos negros. Deben estar locos, Una por fundar esta ciudad entre chamizos, otra por adoptar un vestuario hecho para Nueva York, para capitales frescas de todo el mundo.

Somos más árabes de lo que aceptamos. Ellos nos llevan mil años y saben que no tiene objeto luchar contra el clima. Únete al enemigo. Jeques y sultanes, mercaderes y mendigos, todos andan en mantas sueltas y túnicas con el solo objetivo de: no padecer de la locura por el sobrecalentamiento de la carne. Y es que, siendo pobladores del desierto, cierto es que nos escondemos bajo el aparato de refrigeración, pero nos untamos en prendas que nunca se pensaron para liberarse de calor.


Sufren de una patología masoquista,dice mi psicólogo. El calor les reventó las últimas neuronas, les dejó vapor para pensar.

Y es que, como es que nadie ha inventado prendas formales para realmente revestir en esta ciudad. 

Acaso es descabellado ver al presidente municipal en un traje de corte que termine hasta sus rodillas. Pierden seriedad los directores de la maquila al andar en sandalias de cuero?


Me pregunto en dónde nos equivocamos. 


Pero es inevitable, estamos determinados por reglas de etiqueta y juicios de primer nivel (esos sólo alcanzan hasta la ropa que usas)



Por eso, no entiendo nada de esta moda de verano.

Minisegundos de Fama para tener Jale




Andy Warhol lo vaticinó: en el futuro todos tendremos nuestros 15 minutos de fama. Si tan solo supiera lo rápido que es todo ahora. Segundos mi buen, segundos es todo lo que necesito. El astuto artista tuvo el don de la clarividencia; pudo asomarse en un mundo interconectado que todo lo ve, en todo momento, y que grabado, nunca se olvida.

Me da cura lo que sucedió en el pasado debate presidencial. Mientras unos nos sentíamos agredidos por los cínicos comentarios de Ricardo Salinas Pliego que prefiere un partido de fútbol a un aburrido debate, de pronto nos vemos sorprendidos por un debate que acaparó nuestra atención en un par de exuberantes pechos rifando el orden de las ponencias.

¿Pero en que show nos encontramos?

¿Acaso Jorge Ortiz de Pinedo produjo un vedette show con tintes politicos?

Señoras y señores, estamos ante la cúspide de nuestro espectáculo. Ella fue la ganadora sin duda.  Julia Orayen, playmate de mente abierta y escote pronunciado, Venus entre las mujeres, tuvo la libertad de escoger su vestido sin vigilancia alguna y llevarse sus 24 segundos de fama. Y creanme que eso que gano, era lo que todos los candidatos buscaban .

La modelo tiene poco de que avergerzonarse. De qué pregunto. Bella mujer orgullosa de su cuerpo, hace en todo momento gala de ello; no presume, demuestra.

Claro, mi madre  y muchos se encabronan por el tema. No bajan a la morra de piruja. Al IFE de proxenenta. Pobre mujer. Vázquez Mota debió pedir un rebozo y taparle el pecho de algún resfriado. Y entiendo el punto. No era el momento, no eran las formas, no habia cover ni música de fondo.

Pero saben lo que me llama la atención, que fueron 24 segundos. Ni la duración de un pensamiento complejo. Ni lo que te tardas en bajarte los pantalones para cagar. Fue tan rapido como la mosca que pasa frente a ti. Tantas cosas que duran 24 segundos y nisiqueira notamos. Lo malo del mexicano, es que  siempre se desconcentra con la mosca.

Entonces el debate del domingo  se concentró en otros puntos no del todo cruciales: si debían o no existir tetas libres, si ella es feminista, si somos machistas, si la cosa es seria, si con eso se levanta, si dios no lo permite, si mejor de rojo, si un candidato la zorrea, si todo México se perderá lo que verdaderamente importa.


Nos hemos ganado la catafixia de este pais perdido, educados por el teacher TV. Queremos gala y amamos la polémica. Merecedores de estar perdidos en el pantano de dos tetas de 24 segundos que ahora mismo, acaba de firmar su lugar en el salón de la fama ( y el contrato  de un trabajo bien remunerado)