Aquel terruño de arena donde florece la cachanilla es apenas un mito para los incrédulos. Al norte dicen, al norte pero sólo ven barras y estrellas sin contar que con sólo seguir el pavimento, uno tarde que temprano termina por toparse con el ultimo río que corta la tierra en dos. Entonces es despuecito que empieza el valle florido donde el manojo de espárragos se vende a 10 y regalan cebollas y rábanos cual si fueran dependientes de una ley municipal que obliga a todo recién llegado a consumirlos.
Esta tierra alberga animales autóctonos que nos enseñan con vasta claridad como funciona la sociedad. Esta la caguama en papel y un millar de chinos con chow-mein que representan en buena parte la calaña de esta urbe de poco más de 100 años. Me gustaría agregar que se han adscrito los documentos necesarios para que estos elementos sean considerados Patrimonio de la Humanidad.
Así la capital se volvió real, al fin, con el lujo de los visitantes, que es cuando la ciudad se pone de gala. Se pavimentaron dos calles, se recorto un árbol y se puso a enfriar toda la cerveza posible. Pues que de todo el mundo llegaron embajadores para la visita real. Una espera que duró 7 años para conseguir la sede. Pero bien dicen allá donde lo dicen, la espera lo valió. La cosa se puso mejor que Yalta al finalizar la Segunda. Era una cosa, bueno, cosa sin descripción alguna.
Primero llego la niña del 25. Lamentablemente no tenia gorra. Ni azul, ni verde ni nada de gorras. Así pues, llegó con los Sánchez y la recibieron mejor a Lady Di. Dicen los juglares que bailó como nunca al son de Ramón, que grito y comió elotes, y al final, el gran abuelo optó por premiarla con la famosa presea de una gorra McMoe. Luego siguió el bato, un plebe pirata que viaja en camiones en chinga y habla antes de lo citado. Pero que hacerle, aunque la estación esté al otro lado se dijo, vamos que vamos por él. Esperaba que trajera tambora y dos kilos de camarón congelado empaquetado en periódico adentro de una caja de cartón cerrada hermosamente en mecate. Pero no, era él, negro y con gorra como siempre lo conocí. Ya para cuando llegaron los nayaritas de apostar y las duranguenses existenciales de la Rumorosa, los huevos de dinosaurio estaban acomodados, se convenció a un marlin a ser el platillo estelar, se compró un 96 de cerveza y entre regalos, visitas, abrazos, no pude más que contener mis lagrimas antes uno de esos dias que sabes viajaran contigo integro, lujo de detalle.
Solamente puedo decir de estos dias de risa y placer, de fraternidad, abrazos, y culminación de un par de sueños para comenzar con otros, que mi casa se bendijo con la presencia de todos los estados del país. Pues ustedes son todo lo que para mi representa el corazón y la mente agarraditos de la mano.
El año se fue. Es cierto. Pero esta dentro de nosotros cada uno de sus eventos. Esta en cada día componernos como un automóvil para correr mejor. Cada quien sabe sus poderes y debilidades. Falta abrir la conciencia al todo. Pues es seguro les digo, que estamos hechos para el brillo estelar; sólo hay que dedicarnos tiempo para encontrarnos.
No hay duda son todos ustedes quienes dan una razón a mi corazón. Ya sea desde esa playa patentada donde su pobladora lee al japonés, en las platicas por Skype con ella que camina en la madre patria de los joderes, hasta el de las mesas de robot en un muelle nocturno, o la que comparte cigarros como lo haría Laura León con su comensal.
Verdaderamente les deseo lo mejor, con lagrimas en los dedos por que así soy, un maldito romántico empedernido(derivado de la borrachera) y que al final de todo los amo y los volveré amar hasta siempre.
PD. Si dicen que llevaran a sus amigos a un partido de béisbol, háganlo desde el principio, si no serán victimas de 19 innings donde uno se arriesga a ser golpeado por un pitcher de Hermosillo.
Son lo mejor que me han pasado.
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