Durante la clase de economía, los niños empezaron a preguntarme la razón de que coexistamos bajo un cruel sistema monetario, que regido por el patrón del oro, a traído una incontrolable desigualdad entre las personas. Y con toda lógica, los niños se preguntan por que el oro es tan importante, si no se puede comer, y entonces entra uno a un laberinto de explicaciones para dar entender que es la precariedad lo que da valor a un producto, y que si alguna vez fue su brillo, o su conductividad, siempre se rije un precio por la no abundancia del producto en el mercado. Pero obviamente estos los niños no entienden en nada, dos ya se fueron persiguiendo una mariposa morada que revolotea sobre las flores de bugambilia. Así que, les propongo que ahora todo lo negociemos con mangos, que pongamos precio a los productos que vendemos y paguemos con mangos, por que queda demostrado estadísticamente que todos aman el mango. Entonces empezamos pagando lápices con pedazos de mango, copias con apenas jugo de la fruta, una camisa cuesta dos mangos y un automóvil cuesta una tonelada y media del fruto. Al principio todo fue un manglar, mangos tan dulces como suaves las relaciones comerciales. Todo parecía ir de maravilla, hasta que empezó a cambiar el clima. Justo cuando temporal termino, el mango empezó a escasear y los que tenían árboles los empezaron a cuidar como si fueran oro, de un día para otro hubo un alza en los precios de la gasolina, comprar arroz que antes costaba medio mango subió a tres y medio, la ropa, el agua y las golosinas, todas sin excepción aumentaron y triplicaron sus precios en mango. Nadie tenia tantos mangos como para satisfacer sus necesidades básicos, había pagos que depositar por las crayolas, la goma y los juguetes comprados, así que comenzamos a pedir crédito, pagar mangos con intereses, y de pronto ya había niños abrumados con cuentas y cuentas, hipotecando bicicletas y papalotes para conseguir algo de mango y pagar el gas. Y cuando la cosa comenzaba a ponerse realmente fea, decidimos cancelar el juego, por que ya no era divertido eso de jugar a ser economistas.
1 comentarios:
jajaja que forma tan divertida de llevarnos al hoyo (donde ya estamos) jajajaja este me gustó un montón también...sentí que caía ...de repente sentí un mango en la mano jaja
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