Choices and chances
(Dialogue between Faulques, a war photographer, with a Serb sniper on the sixth floor of a dilapidated building in Sarajevo)
And how do you choose, asked Faulques. I mean if you shoot at random or select targets. Then the Serbian stated something interesting. There is no chance in this, he explained. Or there was very little: just enough for someone to decide to cross over there at the right time. The rest was up to him. Some were killed and another not. It’s that easy. It depended on the form of walking, running, standing up. Hair color, gestures, attitude. On the things he associated them. The previous day he have been pointing to a girl over fifteen or twenty feet, and suddenly a casual gesture reminded of his little niece, at that point, the sniper opened his wallet and showed Faulques family photograph. So she was not shot, choosing instead a woman nearby, looking behind a window, and who knows, maybe waiting to see how they killed the girl walking bare distracted. So saying that randomness is relative.
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De elecciones y azares
(Dialogo entre Faulques, un fotógrafo de guerra, con un francotirador serbio en el sexto piso de un edificio en ruinas de Sarajevo)
Y como eliges, preguntó Faulques. Me refiero a si disparas al azar o seleccionas los blancos. Entonces el serbio expuso algo interesante. No hay azar en esto, explicó. O había muy poco: el justo para que alguien decidiera cruzar por allí en el momento adecuado. El resto era cosa suya. A unos los mataba y a otro no. Así de fácil. Dependía de la forma de caminar, de correr, de pararse. Del color del pelo, de los gestos, de la actitud. De las cosas con las que los asociaba al mirarlos. El día anterior había estado apuntando a una jovencita a lo largo de quince o veinte metros, y de pronto un gesto casual de esta lo hizo pensar en su sobrina pequeña- en ese punto, el francotirador abrió la cartera y le enseño a Faulques una foto familiar-. Así que a esa no le disparo, y eligió en cambio a una mujer que estaba cerca, asomada a una venta y, quien sabe, quizá esperando ver como mataban a la chica que caminaba distraída y al descubierto. Por eso decía que el azar es relativo.
Extracto de la novela El Pintor de Batallas de Arturo Pérez-Reverte
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