Recomendaciones para un estomago en el UK
Por Renné Sánchez
En el universo de la cocina, las reglas de interacción entre las variables se rigen por dinámicas distintas a las ya universales normas de la física y las matemáticas. 4 x 2 es 8 como también llegas multiplicando el 2 por 4. Pero para el chef, con la cara ardiendo y mirada sumergida en los adentros de un pedazo de sirloin, el orden de las cosas si modifica el resultado. Corte de carne en cocción semi cruda, bañado en salsa de hongo con acompañamiento de brócoli cocido y patata dulce. Plato de Sirloin.
Si hemos de cumplir con los requisitos habituales de cocina londinense, debemos leer con atención el nombre de los platillos y su correspondiente sombra de ingredientes. No existe gran variedad, solo elementos culinarios básicos convertidos por ritual en el representativo para el británico. Por ello es imposible modificación alguna en formas y tiempos, convencido en normas, que el platillo será el mismo en cualquier lugar de Londres que lo busque.
Desayuno. Encontrado el primero comedor fuera de casa, de ser posible cercano a una ventana para escapar la mirada mientras espera, sentara usted sus gustos por el siguiente platillo. Sandwich de tocino. Grasoso pero lo suficientemente energético para sobrepasar al inicio del día. El tocino como algunos otros derivados de animal no necesita de aceite para cocinarse, pues su estado grasoso es tal, que se utilizara a si mismo para alcanzar el nivel de cocción deseado. Sobre dos pedazos de pan ( tostados) que lo contienen y aderezos de mayonesa sobre dos hojas de lechuga, este aparecerá por arte de magia frente a usted.
El ritual del té para desayunar, o el ya bien conocido brunch, que es la entrada después del desayuno sin llegar a llenar como la seriedad de la comida. Un tentempié ha de ser. Sin abuso.
Leche y dos cucharadas de azúcar. Servirlo a las 10, primer break del día, sintiendo el cambio de guardia en Bukkingham y las nubes entrecortando al sol. Hago constar que el té ingles (indiscutible para la hora) es té ingles. Pregunto a las meseras de varios locales donde exijo mi té y la explicación de su origen. ¿ De que té es el té ingles? La mesera me mira consternada, acostumbrada talvez a los malos tratos de su patrón y unos centavos por los que lucha de propina. Pues, piensa de inmediato, de té ingles. Me quedo sorprendido, en pausa pensando, dando el espacio suficiente para que la mesera escape del cliente de la mesa 4. Acostumbrado a leer, me acerco la envoltura de la bolsa de té a las líneas de mi mirada, busco al reverso en los ingredientes. O sorpresa.
INGREDIENTS: English Tea
Inaudita costumbre tan creativa. Lo que no saben lo inventan en verdad. Pero bueno, buenas cosas también se inventan, sabrosas como la leche que derrama la amargura del té, y se hace acompañar por la dulzura de caña morena en los últimos sabores que se deslizan por la garganta.
Hora de la comida. Recuerda que el cordero aderezado sobre el poste que viratorio, no es una comida tipica londinense. Nunca lo fue sino hasta la invasión árabe.
Lo que buscas en el menú es un platillo de Fish and Chips. Lo ordenas e inmediatamente la mesera retira de tus manos el papel de platillos. En la cocina se ha escrito por el papel carbón la petición de la mesa 4. El cocinero urga en el congelador por un pedazo de pescado que despertara de su invierno para pasar un ultimo verano en las rejas que lo sumergen dentro de aceite hirviendo. Lo frito es la posición que toma el elemento cocinado, bien pudo luchar contra el acto, una cara de dolor y sus manos luchando contra el inevitable acto de quedar crujiente .
Petrificado, se unta sobre una cama de papas fritas aleatoriamente delineadas el uno con el otro, formando en su imagen general un sinorden ejemplar. De acompañamiento, hemos tenido la buena gracia del cocinero por el puré de chícharos con hojas de menta que luce tan primaveral dentro del platillo, adornando de naturaleza lo que ha muerto por los calores de la fritera.
En la espera, siguiendo las líneas del piso de madera hasta el epicentro del pub, una regordeta bartender espera ordenes. La cerveza es medida en un pint, 568 mililitros cuantificables en un vaso preestablecido. La sirve directo del barril, dejando que la espume se envuelva junto a su liquido, rebasando con cada segundo las reglas de gravedad, rellenando la torre inversa que yacía seca dentro del vaso. La cerveza ale, o ámbar termino comparable, es la identificación alcohólica mas obvia para el británico. Un suave sabor amargo por las maderas que vieron segundo a segundo la cebada añejarse. Se puede incluso tomar temblada, pues el frío enmudece las papilas gustativas, de tal manera que la cerveza no sea solo el refrescante o empuje de alimentos pastosos, la cerveza ale es parte esencial en su dieta diaria.
Zona de Postres. La pretensión de postre esta dividido en dos secciones, ambas altamente deseables según las necesidades del día. Por una parte, los doughnut, masa envuelta en el ombligo de mermelada de fresa o cherry ingles o un pastelillo de frutas de temporada, dediquemos la temporada a la frambuesa tan utilizada cuando nace. Por la otra, envolver tabaco en planillas blancas para engullirlo enseguida. Bien es dicho por los viejos, que para que algo salga bien, esta mejor en nuestras manos hacerlo. Obtener la mala costumbre (para sus pulmones solo digo) de la habilidad como todo británico de forjar sus propios cigarros, a su antojo, con la fuerza o debilidad que le apetezca el momento. Es un sabor fuerte, parecido como debieron ser en esos primeros cigarros con hoja de tabaco que ofrecían los nativos a Sir Raleigh pisando Norteamérica.
Solo supone un pequeño acto de decisión, elemento fundamental en el libre albedrío.
Ya para cuando termine, notará que la luna se esconde detrás de las nubes, las tiendas han cerrado, una ligera corriente de aire circunda las calles de Castletown Road y Baron Court. Camine unos pases para que la comida obtenga una correcta digestión.
Vaya a casa y duerma. Mañana será otro día.
Provecho.
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