No tengo la ropa indicada. Nunca me ha gustado la ropa indicada, me aprieta la cintura, me pican los pies, sudo de más, trato de ser yo pero al final solamente soy una actuación de yo normal tratando de no serlo. Parroquia de Fátima a las 8 en punto. El altar comienza frente a una larga mesa vertical de azulejo magenta con la mirada de una virgen sobre sus fieles. Sacos en Sinaloa. Sacos y corbatas. No era la boda agropecuario cómo pensaba. Nadie lleva sombrero. Ojala tuviera una texana negra, me vería bien chilo. Pero nel. No me caen las misas, me siento como un hipócrita. Pero si ella es feliz, he de acompañarla en las buenas y en las malas. Los tíos saludan, las tías saludan, los tíos y las tías se saluda entre ellos. El cónclave de la familia se reúne especialmente en las bodas. La unión. Esta boda tiene algo de particular; la prima se casa con un canguro. No se si todos sepan, pero ella saldrá del país después de la luna de miel. Creo que todos lo saben, para saber es cuestionar de preguntar, y en la familia, aunque no sepan lo inventan. Por eso es divertida la familia. Soy el embajador de mi familia, debo responder con el mismo discurso a todos los tíos que preguntan por mi padre, es la respuesta adecuada, fríamente calculada para transitar a temas como la veda de camarón, la estación de cacería en la sierra, el ambiente pesado que se carga la ciudad.
Dos personas se hacen una. Eso es lo que una hora de ritual católico quiere decir. Que antes eran dos personas libres, y que ahora estarán juntos hasta el final, por qué entre que ellos lo decidieron, y porque dios tambièn dio un poco de su aprobación. Yo no se si el papá de la novia esta contento, pero lo veo atrás, hasta la ultima banca de la iglesia donde yo estoy, donde nadie puede voltear a vernos, estar sin estar. A veces los padres pueden ser unos pesados, pero a veces los padres están siempre con los hijos, aunque no los veamos. Prefiero quedarme callado.
Ella se ve requetecontenta; el bato la neta se mira que aguanta vara. Dos a uno. Que loco esta esa onda. Cuando hay amor, la gente hace este tipo de cosas. Los viejos se toman de la mano, se acuerdan por momentos de esa sonrisa y las lágrimas reprimidas en los ojos. Aquella que ose llorar pagará con rimel en la faice. Los votos se cantan en dos idiomas. Dos países se vuelven uno. Dos hemisferios se desvanecen en la unión. La pareja son el trópico. Ojala pudiera tener unos lentes ultravioletas para contabilizar la irradiación calorífica de los invitados.
Las bodas en Sinaloa son largas. Duran días. Hay que comer bien para acompañar hasta el final. Cada quien es abanderado de la familia, hay que pistear lo suficiente para que no te acribillen a carrilla por jotolón. Hay que tener un control de acero para no caer en actuaciones barbáricas que te ganen apodos que, sin dudar, pueden perseguirte hasta la muerte misma.
Ahorita mismo debería empezar con una cerveza. Ya viene la posboda que se nota va pa largo. Yo voy por mi prima que se ve requetecontenta. Que caminará de ser una sola a ser uno con alguien. Qué onda, que loco. Chilo. Chilo. Que se den. Pa que te vayas comprando tu boleto pa Sydney, me dice. Sonrío. Awevo me digo a mi mismo. Prima, le digo, que bueno que te cases y hagas lo que siempre quisiste, seguir con tu onda en otras latitudes. El bato se ve buena onda. Espero con una cheves poderle decir compita, welcome to the family bato, enjoy, cuz you just won the lottery.
0 comentarios:
Publicar un comentario