Improvisado

Escenas Improvisadas

Del Teatro de la Libertad

Por Víctor “el Chilo” Rodriguez

 

Existen días en que me levanto y siento como el aire apenas y llega a mis pulmones. Se entumen mis miembros corporales. Mis ojos se revolotean de arriba abajo sin saber que ver, mi piel se aprieta a mi ser y me recuerda que la monotonía de mis actos es solo es una imagen de auto-imposición social. Eres quien eres por que así debes serlo.  Solemos vivir felices bajo esta regla, pues  tenemos familia, amigos, tenemos gustos, hobbies, tenemos malestares, política, naturaleza y casualidades que nos llenan nuestro pensamiento con solo de esta imagen de monotonía.


Pero no les ha pasado días en que se antoja olvidar todo eso para convertirse en algo nuevo, olvidar todo lo que eres para ser el malo o el bueno, feo o un bonito, un masculino o un femenino,  la forma es lo de menos, lo hermoso es encontrarte en un nuevo personaje con características totalmente ajenas al que siempre eres.


Creo que son pocas las dinámicas que te permiten esa liberalización. Este mundo esta regido de reglas. De hecho hasta diría que es mal visto ante muchos ojos ser quien plantee romper las reglas establecidas. Ojos que temen lo que desconocen y no pueden controlar. Incluso dentro de las artes, las mismas instituciones han buscado definir reglas y parámetros para catalogar la calidad. Se pintan líneas para que la creatividad tenga una finalidad. En el oficio de crear a partir de los impulsos, se nos dice como debemos hacer, cuando, porque, a que hora y con que material.


En el teatro que es la recreación de la vida, los guiones suelen ser ataduras de donde el actor debe sujetarse para revivir  los diálogos con su capacidad de interpretación. Y siendo un arte tan extraordinario, al final el guion debe continuar, la historia tiene un final conocido, y entonces el actor no puede expresarse como más le conviniese en el momento.


El arte de la improvisación es diferente. El arte de la improvisación es el espectáculo que se crea  a partir del aquí y el ahora. No existen líneas a seguir, no existen finales conocidos ni inicios definidos. Los personajes se inventan en el momento, se inventan sus características y su historia. En una sesión de improvisación los actores se conocen y luego se desconocen, para luego reconocerse en personajes tan variados como los que viven en este mundo y en el imaginario.  Las posibilidades son infinitas.


Siente. Ve. Escucha. Huele. Olvida el bagaje de lo que normalmente eres, libérate, nunca digas que no, arriésgate y aprende del error. Enfrente del publico uno se para al desnudo, sin ningún piso físico de donde recargarse, pues todo se cimentara al momento que tu imaginación entre al juego. Estas son las reglas básicas de la improvisación, muy cercano a esa máxima de la única regla es que no hay reglas.


Y en ese momento puedes ser todo lo que quieras. Puedes ser un rey malvado, un pulpo en el fondo del mar, un tomate parlanchín, pasar a ser un  lucido vagabundo, pasar a ser un empresario y terminar siendo un pequeño niño de 6 de años de edad.


Cuando estas frente al otro improvisador, tu acompañante y cómplice, la relación entre ambos cambia. Se vuelve amorfa, se queda en un vacio de infinitas posibilidades. Es bueno comenzar la improvisación con una frase, aleatoria de ser posible, que lleve al performador un acercamiento al individuo presente. El individuo en la otra parte, deberá reaccionar positivamente hacia la situación, quedando todavía en la libertad de escoger todas las características de quien supone personificara. El responderá al primer, con lo primero que le viniese a la cabeza, lógico u ilógico, y de esta manera se inicia una curiosa sesión de acción reacción.


Las palabras se vuelven pinceles de creación. Los gestos se vuelven el señalamiento  de un sentimiento que busca simularse. Se entra en un juego, un baile sin pasos, un dialogo sin final ni principio. Entre la interacción de los improvisadores se materializan las fantasías, delirios y deseos de cada uno.


La fuerza de la improvisación radica en el libramiento de todas reglas que nos imponemos ante la sociedad. Todo eso que logramos para identificarnos y diferenciarnos de los demás se desvanece en una sesión de improvisación. Pierdes el derecho a poder decir que no, nunca se puede decir que no, siempre se debe aceptar lo que el otro proponga.


Me preguntan, cual es la mejor metodología para aprender a improvisar. Cuales son las reglas para improvisar. En que escuelas son especialistas en formar improvisadores. Y yo no sabría decir otra cosa que en la de vivir. Por que la única forma de obtener la información para improvisar esta en los detalles de cada día. No se puede improvisar sin conocer. Solo a través de lo que obtenemos del razonamiento de nuestros impulsos se llega a obtener la capacidad de improvisar. Teniendo eso entonces entra nuestra imaginación en juego. Nuestra imaginación es la que desbarata todo lo que tomamos como cierto, y es capaz de crear cualquier imagen posible. Es necesario ejercitar nuestra imaginación a través de nuestras vivencias. Desde aquí partimos para improvisar.

 

Pero también me arriesgaría afirmar que en cada acto de nuestra obra de vida, nos dedicamos enteramente a improvisar, a responder a lo que pasa a nuestro alrededor, y que aunque mucho planeemos, no tenemos un guion escrito para cada día. Cada dia respondemos, reaccionamos, improvisamos para sobrevivir.


Más si debiera recomendar al lector formas para posibilitar el acto de la improvisación, acertaría en la necesidad de ejercitar la mente. En la retención de datos, en el estar atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, tener ojos en la nuca, en los pies y en los dedos.  Es necesario ejercitar al pudor para que se desenfade, desenfadar nuestra típica ética y nuestra típica moral. Es de gran ayuda leer, leer cuentos que nos hagan imaginar, que nos transporten a otros tiempos  y sintamos que viéndolo a través de nuestros sueños es casi como haberlos vivido.


A través de todas estas el improvisador inicia su obra y la convierte en verdad. Como no sabe que pasara ni como pasara, el improvisador debe creerse en todo su ser que lo pasa es completa realidad.


Ante un público presente, un improvisador se vuelca  hacia ellos. Al no existir una guía para el inicio de la obra de improvisación, el mismo espectador tiene la oportunidad de ser participe. Ellos pueden responder a preguntas abiertas  propuestas por los improvisadores. Sea cual sea la respuesta, esta dará el titulo y la razón de la próxima obra de improvisación. Desde ese momento el espectador y el improvisador se vuelven cómplices a través en un lazo mas personal, pues ambos tienen conocimiento de que esta obra nace en el instante. Es un producto único e irrepetible.


Por esto y por mas diría que es importante practicar la improvisación. No para dedicar nuestras vidas al teatro de improvisación, pues admito que en veces no todas tenemos capacidades como lo tienen los que dedican sus vidas a la actuación. Pero improvisar es algo del día a día, es el arma para proponer nuevos escenarios, nuevos esquemas, es el arma para aprender de nuestros errores y subirnos sobre ellos para crear.


Improvisar es ser libre, aunque sea unos momentos, y eso vale más que todo lo material de este mundo.

Genocidios Colectivos

(De una conversación de Cerpetina con Ricky Pleonasmo)


Como la lluvia no quería dejar de chorrear, se quito la chamarra para exprimirla el agua estancada dentro . Unas gotas se derraman cuando se les suelta el ultimo dedo sujeto a las fibras del chaleco, y en un ultimo grito de angustia se destrozan por completo en el suelo. Una imagen desgarradora.

 

-       Justas pagan por pecadoras. No me preocuparia tanto por ellas, las gotas, pues ellas, las gotas, son de una clase social que vive en una utopía mental fuera de toda realidad verdadera. Viajan en las nubes creyendo que estan en cruceros, haciendo de su vida fiestas alocadas, orgías y denegere que trae como consecuencia  de cuando en cuando, cuando una gota abusa, a vomitar sus dentro en los afueras de la nube y obvio no son lo suficientemente educadas como para pedir un trapito y limpiar el desorden. La nube capitana de si misma no tiene mucho problema con el raite que les da, siempre y cuando colaboren con las labores diarias, mantener limpio el lugar y de cuando en cuando, cuando no tengan nada que decir, dejen disfrutar el silencio del viaje. Pero no, las gotas son abusivas fiesteras, les encanta que las fiestas nocturnas se iluminen con los cortos circuitos relampagueantes de la tierra, no dejan de bailar y de aparearse, crecen en numero y sobrepoblan rápidamente el crucero donde solo son invitados. Entonces aprovechando la posición y la necesidad de respuesta inmediata, las nubes nada pendejas vuelcan a convencer a las embriagadas gotas que justo abajo, donde el espacio es libre, ellas son capaces de alcanzar velocidades y coloraciones prismáticas apantallantes, una alucinación parteaguas en la costumbre del hedonismo. Estas, con tal de seguir en el eterno disfrute, van tirándose una a una al vacío, con la sonrisa crecida a la velocidad del aire en caída libre. Este acto podría caer en un juzgado bajo los cargos de homicidio en primer grado, o como autor intelectual de un delito de alta categoría, y un abogado inteligente, podría sacar buena lana para los familiares de tanta gota perdida. Pero lo que yo digo es, que acaso no es defensa propia, salvar la vida de uno cuando esta se pone en riesgo por la imprudencia del otro? Es mentira que exista ese romanticismo brutal donde el capitán de la nave tiene que hundirse con su barco, si el, el que mas sabe de la nave, conoce a ciencia cierta que la única razón de su hundimiento es la grotesca indiferencia de los demás a las necesidades de su nave. No los considero a las nubes maliciosas en lo mas mínimo, considero que su acto es un acto en defensa propia, y se de buena fuente, que al momento de ver por la borda a tanta gota tirándose extasiadas, las nubes colaboran con una gota mas de dolor, a uno de lo eventos mas perversos de genocidio colectivo.

COACHELITIS


Diario: Sábado de Coachella

 

Por Renné Sánchez

 

 

 

El padre sol se había levantado temprano como de costumbre. Fue un día especial, una sorpresa cuando a lo lejos, en medio del desierto, notaba la reunión de gentes de todos los colores y formas posibles. Su emoción crecía, sin saber que por los poros expedía un calor que subía los termómetros terrestres.

 

Abajo los humanos sentíamos ese calor desde las 10 de la mañana. Un desierto sin nubes, con algunas palmeras datileras que dan pequeñas sombras donde esconderse. Pero las filas de humanidad en el Festival de Coachella no se dejaban vencer fácilmente. Al contrario, la energía pura directa a la piel, mujeres vistiendo ligeras faldas, pies envueltos en sandalias, hombres que sin pudor mostraban cuerpos duros y panzas flácidas. Los ojos se esconden tras gafas oscuras, y aunque el sudor rellena la dermis como la brisa en la arena, no es capaz de difuminar la energía generada por la expectativa del festival.

 

El terreno que acoge el festival esta alejado de la ciudad, que a su vez no me atrevería a decir que Coachella sea una ciudad, mejor como un pequeño pueblo de ricos, ermitaños del desierto.

 

Para sorpresa, el terreno que acoge los automóviles esta sin costo. Cuando pensaba que en el país estadounidense todo tiene costo, aquí llego a encontrarme con organizadores altruistas. Bueno no altruistas, buenos administradores. Te hacen sentir que tu gasto es bien remunerado.

 

Como mal les había contado, pensando que serian 100 dólares del boleto para entrar, me vine enterando que el día del evento subía 20 dólares mas. No había largas filas, pues  muchos habían comprado sus boletos por Internet, corroborado por un papel impreso con la insignia de Ticketmaster y un condigo de barras.

 

Una vez adentro, sientes el césped de un campo bien cortado. Impresionantemente perfecto.  El escenario principal se erige al frente del terreno, y a los alrededores las múltiples figuras de cuerpos en un pacifico y alegre estado espiritual. Gente camina descalzo, mujeres en traje de baño, hombres convertidos en seres mitológicos, colores, olores y muchos sabores.

 


El festival de Coachella no solo se distingue por su magnifica música, sino por su espectacular exposición artística. En estas la creatividad rebasa la imaginación común. Enormes estructuras salidas de dimensiones sensoriales apartadas de este planeta. Manos electrónicas gigantes y serpientes con la vida de fuego. Estructuras geométricas alimentadas de formaciones lumínicas espaciales. Árboles gigantes simulando nuestra vida como un pequeño mundo de duendes. Todo lo posible para que las instalaciones artísticas llevaran al espectador a experimentar mundos que solo existen en las mentes menos amaestradas.

 


Al calor del sol la música resuena en los 5 escenarios dentro del terreno. Distribuidos inteligentemente para que el sonido de uno nunca opaque la música del concierto aledaño. Pues son tanto los grupos, que muchos conciertos son ejecutados simultáneamente. Por ello el espectador tiene que organizarse un poco, saber a donde ir, a quien quiere escuchar.

 

La gente descansa en el césped mientras mira a lo lejos las guitarras rechinar a los lejos. Los desalmados nos adentramos entre empujones a la cercanía de los artistas. Los bailes y las manos se alzan con el retumbar de la batería, el retoque del bajo, y la hermosa lírica de un teclado bien sincronizado con el tiempo. Hay quienes inmóviles pueden disfrutar de la música, la digieren rápidamente en su organismo. Los muchos otros no sabemos que hacer con tanta energía. Nuestras piernas se empiezan a levantar, el cuello gira 180 grados, la boca enseña los dientes y el vientre se contrae.

 

En cada escenario se da un baile ritual único. Es diferente moverte al son del rock funk de TV on the Radio que al estruendo electrónico de Crookers. Nomás me acuerdo siento la piel chinita. Hay algunas personas en este mundo que tienen tal capacidad de manipulación de los sonidos, que con solo tocar su instrumento causan una catarsis de movimientos en las multitudes que los ven. Abajo, todos extasiados nos dejamos llevar por el baile, el show de colores y electricidad láser que se refleja entre nosotros y el mismísimo cosmos.

 


Los delirios de la gente se vuelven reales en la noche, cuando los colores saturados se convierten en figuras amorfas. La gente baila, grita, reborbotea en su sudor, abriendo sus poros y captando la energía que se desprende entre todos para formar un solo ser.

 

Multitudes caminan en manada de entre escenarios. Unos buscan desvestir su alma en los beats de Chemical Brothers y MSTRKRFT, otros deciden dedicar a The Killers el tributo de ser la orquestra final de la noche.

No hay quien pueda decir quien fue el mejor interprete de la noche. Cada mente tiene al suyo, cuerpos felices que caminan a la salida sin entender bien que fue lo que aconteció apenas los segundos pasados. Unos compran camisas, unos guardan su boleto de entrada en su memoria, es todo lo que nos queda, esa pasión de la música, esa que te transporta a otros mundos fuera del tuyo, y que por momentos, te vuelve inmortal.

Los calzones

Los calzones se usan para vivir. Los usas especialmente para despertarte en domingo y comer los sobrantes del refrigerador. Los usas debajo de las pijamas, o te los quitas con suavidad para dormir libre de restricciones. Los compras de colores, de telas diferentes, o por precios especiales. Los tienes bien guardados en gabetas especiales, sabes de donde son y por que son, no son como los calcetines que no tienen historia, los calzones son tu.

El Mezcal Incomprendido


Raicilla. Elixir de la tierra

 

El mezcal incomprendido

 

 

 

De sol a sol, los hombres nativos de estas tierras mesoamericanas fueron obligados a trabajar para satisfacer los lujos del gran hombre blanco. El encuentro de los mundos se volvió real cuando se cavaron los túneles que unieron nuestra dimensión con el mundo subterráneo. Los nativos excavaban agujeros en las laderas de montañas buscando las migajeras de las piedras preciosas que tanto anhelaban los españoles.

Pero ni todo el oro ni toda la plata podía parar al sol de regarse por toda la planicie de la zona occidente de México.

Un inmóvil español se tumba bajo la sombra de un mezquite mientras vigila al grupo de indígenas que trabajan en la mina de plata. Sus ojos se tumban al encierro mientras gotas de sudor enchilan su cargada respiración. Los indígenas se pasan uno a uno una pequeña jícara de la cual beben rápidamente antes de adentrarse al profundo agujero.

 

Un sacerdote español sale a caminar por el sendero montañoso. Piensa en Dios y el arduo labor que implica la evangelización de estos pueblos tan atrasados. Se para justo al final de un barranco, que da al pie del hoyo de la mina. Mirando primero al cielo y su hermoso panorama, se ve atraído por el murmullo causado por el grupo de indígenas y la jícara que se va repartiendo. El sacerdote no intercede en la escena para aprender del curioso rito que presencia.

 

Fue testigo de como uno a uno tomaban de un elixir que les revivía las fuerzas, los indígenas entraban como nuevos a las labores de minería. Se les daría ese lujo a los nativos con tal de que nunca dejaran de conseguirles sus piedras preciosas. Ese jugo de vida era el mezcal raicilla.

 

El agave es un tipo de maguey que crece en terrenos con climas extremosos, donde existen temporadas lluvia de la misma manera como largas temporadas de sequía.

A escala mundial, en el mundo existen 230 variedades de agave, de las cuales 140 existen en México, mas del 60 porciento.

 

Es a partir del jugo creado por la planta de agave, que pasando por un proceso de destilación se obtiene la bebida alcohólica que cada región a bautizado según gustos y costumbres.

 

En el país, se ha tomado malamente la palabra agave para denominar a la planta que da el jugo para la elaboración del tequila. Símbolo nacional. Pero la realidad es que existen muchas variedades de agave adaptadas a subregiones. De los muchos tipos de agave son destilados diferentes tipos de mezcal como el oaxaqueño, el duranguense, el sotol, la bacanora, el tequila y la raicilla.


La raicilla es derivada de un tipo de agave denominado agave inaequidens. Este tipo de agave es nativo de las regiones montañosas occidentales y la costa norte del estado de Jalisco.  En esta zona se encuentran poblados de importancia regional como lo son Mascota, San Sebastián del Oeste, Talpa y Cabo Corrientes por nombrar algunos.

 

La raicilla siempre ha sido una bebida de pueblo. Es parte de su historia y costumbres. Tanto así que su nombre fue acuñado por un tabernero ( artesano elaborador del mezcal) que bautizo al mezcal como raicilla con el puro objetivo de evadir el impuesto a bebidas alcohólicas aplicado por yugo español a su colonia. Históricamente nació en la clandestinidad.

La raicilla, creció en mucho menor escala comparado a otro tipo de mezcales. Se quedo como una bebida local. Y a través de los años, cuando personas de las ciudades urbanas visitaban zonas raicilleras, tomaban esta bebida sin control de calidad y graduación alcohólica, una bebida creada con manera de sentimiento.

 

Llegabas, te ofrecían una bebida, no te dicen que es, solo te dicen, tómatela, y se aplica el esquema explótame el ego,  ¿Que no eres hombrecito o que? En es momento te la tomas, y te sirves la segunda, y exageradamente no alcazabas a tomarte la tercera, pues en un tiempo tan corto, ingerías tan cantidad de alcohol que el cuerpo no te daba para mas. Antes la raicilla tenia entre 50 y 60 porciento de alcohol. Que podía esperar uno sino una tremenda cruda que solo se curaba satanizando tan demoníaca bebida.

 

Para el ingeniero Jorge Dueñas, la bebida lo ilumino en el punto final de un ciclo de su vida. Líder nato, a los 28 años ya estaba desempeñando tareas de ingeniero de obra, manejando puñados de personas para la construcción de importantes edificios que aun existen. Pero en 1997 sus proyectos en la ingeniería tendrían un súbito descenso que lo obligo a retirarse a San Sebastián del Oeste a ordenar sus ideas. Una noche, mientras tomaba una copa de raicilla, asocio la calidad de la bebida con el boom que en ese momento tenia el tequila.

 

Y como dicen, se subió al tren y en ese momento nace el proyecto de introducir la raicilla al mercado bajo el nombre de Raicilla Del Real. El camino a sido difícil. La gente rechaza la raicilla, dicen que la raicilla tiene que raspar, lastimar, que es matarratas. Existe todavia mucho rechazo por parte del público. Por experiencias y prejuicios. Los mismos locales querían una raicilla para emborracharse al segundo trago.

 

Pero el ingeniero siempre busca innovar, nunca quedarse estancado en la mediocridad. Esa es parte de sus cualidades, con una terquedad que lo ha mantenido a flote en el mercado. Aprendió en el campo todo el proceso que existe antes de tomar una copa de raicilla.

La planta de agave inaequidens no se reproduce por medio de hijuelo, como comúnmente se reproduce el agave azul del tequila. Hay que dejar que el quiote aflore, que lo merodeen colibríes y murciélagos para que se consuma la fecundación.

 

Se obtiene la semilla y debe cuidarse para su germinación, ya que dejándola a la intemperie, solo un 1% llega a la germinación. Por ello lo manejan en ambientes controlados, llegando al 60% de germinación.

 


Una vez transplantada a la tierra, se deja de 7 a 10 años para que llegue a su máximo esplendor, cuando la planta se ensancha de tantos azucares que resguarda en su interior. Cuando campesino observa al maguey que está listo para ser procesado, entonces lo que entra es el jimado. El jimado se hace cortando las pencas del maguey hasta dejarlo pelón, al corazón, llegando a pesar hasta 25 kilogramos cada uno. Los corazones son cortados en pedacitos, 4 o 6 según el tamaño, y pasan a la taberna donde serán procesados. Este proceso sigue siendo sumamente artesanal, que son los pequeños cambios que hacen la diferencia.

 

Las pedazos de maguey son insertados en un horno de adobe previamente calentado. Se cocen por 48 horas y luego molidos hasta volverlos  jugo, ya al momento conocido como mescal. Serán vertidos en tambos junto agua de manantial, y dejado a su natural fermentación por un periodo de 6 a 12 días.

 

El tabernero tiene olfato para oler mezcal en su punto. La pedazera flota y si uno acerca el oído al tambo, puede escuchar un pequeño silbido, el ruido del proceso de fermentación. Justo el momento para llevarlo a la destiladora, mejor conocida como destilador filipino.

 


El destilador filipino esta elaborado sobre una base de cobre cubierta por paredes de madera y un serpentín enfriado por agua. Se dice que este tipo de artefacto llego de la Nao de China, y que por azares del destino termino en la sierra occidental para la destilación del mezcal raicilla. De la destilación se consuma el proceso del mezcal raicilla.

 


Actualmente la empresa del Ing. Jorge Dueñas maneja 4 tipos de raicillas según su tiempo de añejamiento.

 

  • Blanco – sin añejamiento
  • Oro – 3 a 12 meses
  • Añejo – 13 a 24 meses
  • Extra Añejo – 25 meses en delante

 

La diosa mayahuel se deleita en presentar a su hijo la raicilla. Tomada en vaso especial llamado sublime, uno se detiene al olfato de la bebida. Su color dorado seduce los ojos y los llama a su atención. Ese suave sabor al ingerirla lo ha llevado al apodo de “coñac mexicano”.

 


El Ing. Dueñas acomoda su espalda en el respaldo de la silla mientras yo pruebo su elixir. Mi garganta se recocija sin el sufrir que tanto asociamos con el mezcal. Mis sentidos se agudizan y la platica continua por varias horas mas. Y como un nativo en la tierra, obtengo las fuerzas para continuar, a sabiendas que la raicilla a salido de las penumbras para romper prejuicios y buscar un lugar los estantes de nuestro haber.

 

Water Station




Pozos de Esperanza

 

Voluntarios estadounidenses ofrecen agua a los sedientos del desierto

 

Por: Renné Sánchez

 

Hace ya tiempo que Jaciel no consigue un trabajo que le de lo suficiente para mantenerlo a el y su familia. Los empleos son malpagados y los precios de los productos suben y nunca bajan. Ya le pico la idea de irse al norte, encontrar el sueño americano y así ayudar a su familia. El benefactor de sus sueños se materializa en Sr. Coyote, hombre falso de actitud propositiva. Los sueños cuestan dice el, y su prosperidad ha costarle en mas de 15 mil pesos. En el costo se incluye el pago del transporte internacional, pasar al otro lado, a la tierra de los gringos sin papeleo ni visas.

Firmar con el diablo elimina su nombre de la nomina, Jaciel ya no es Jaciel, se vuelve en el migrante # X ,junto a todos aquellos otros sin nombre, los nadie que buscan en el norte la forma de mejorar  su situación económica.

 

La entrada se agenda por la sierra baja californiana. La oficina de la Border Patrol aun no encuentra una fuerte razón de levantar una barda por esta zona peligrosa por su sola geografía. Las piedras son tan empinadas, de barrancas y hondos acantilados , sin caminos y una mínima vigilancia circulando del lado norteamericano. El ultimo pueblo que pisa migrante # X  es el poblado de la Rumorosa, en un pequeño cuarto descansa, recarga pilas, guarda en su cartera algo de dólares, la foto de su hija, la imagen de la virgen.

 

Las reglas son sencillas, viajar ligero. Un galón de agua. Ropa ligera, una chamarra y botas para la larga caminata que les espera. Se camina varios días, no se deje ver, sígame, bajar la montaña, el sol y su calor, la noche y sus heladas, pequeños sorbos que secan al galón, el sol que empieza a carcomer los brazos, la nuca, cierra los ojos , los abre, el coyote ha desaparecido, soledad, sin conocer a donde ir, ni que hacer, solo con el sol, su calor arribando a los 48°C, el camino de frente se diluye en espejismos, el agua se evapora, el cuerpo trata desesperadamente de nivelar su temperatura, eso a costa de perder su misma agua en sudor. Los escalofríos invaden las extremidades. El cansancio encadena los pies. No hay sonido, ni sombra ni ayuda  que sobrevuele el cuerpo de un hombre a los  50°C de un desierto cruel. Toma sus ultimas orines, alucina a su padre, llora, pide perdón, esta casi desnudo, empapado en sudor, el corazón palpita rápidamente, a lo lejos un arbusto forma una leve sombra a las 3 de la tarde. Se adentra en el pequeño espacio, respira lento, se deja caer, se deja llevar, se queda dormido para nunca despertar.

 


El olor a muerte inunda el verano del Valle Imperial de California. Los buitres rápidamente avisan a los Rangers sobre la muerte de un migrante mas por las altas temperaturas del desierto. Los periódicos lo anunciaron en sus planas.


La noticia llego a los ojos del Dr. John Hunter. Leía con asombro la noticia. La impresión fue mayor pues esa zona es donde mantiene su proyecto de Water Station ( Estaciones de Agua) una organización civil sin fines de lucro que instala estaciones con agua purificada y así evitar mas muertes en el desierto norteamericano.

 

Fue una noticia similar lo que lo motivo a crear esta organización.

 

“ A nadie le gusta oír que en su casa mueren personas, es como saber que anda un asesino serial en tu cuadra, son cosas que no dejas pasar, y buscas solucionarlo”, me comenta John.

 

El Dr. John Hunter y su esposa mexicana Laura Hunter son una pareja conciente y de gran corazón. Desde el año 2000 crearon la organización Water Station. La organización funciona enteramente por los donativos de particulares y organizaciones con lo que compran los materiales para las estaciones. El demás trabajo es enteramente efectuado por un cuerpo de voluntarios.

 


Lo que hacen es establecer una estación con agua en las rutas en el desierto que consideran de alto trafico de personas. Una ves detectadas las zonas, mediante un análisis de detenciones efectuados por la Border Patrol, se marcan para instalar las estaciones.

 

La estación consiste en un tambo de color azul donde se le introducen cajas de 6 galones de agua natural. Una tapadera de madera con doble fondo para mantener fresco el espacio, con la palabra AGUA escrita sobre ella, y una bandera de color naranja como señal de ubicación.

 

Cada 15 días se reúnen en el Old Highway Cafe de Ocotillo. Algunas trocas se aparcan y solo se escucha canciones cinquenteras mientras toman café. 10 voluntarios se han reunido. Separados en parejas, cada una es encargado de establecer  estaciones y rellenar las ya existentes.

 

Existe un gran respeto por su trabajo. Los oficiales de la Border Patrol y policías saben del trabajo que realizan los voluntarios de Water Station. Muchos saben del peligro que conlleva a los migrantes las altas temperaturas en el desierto, que en pleno verano alcanza los 50°C.

 


Aun así, confiesa Laura, algunas estaciones han sido objetos de vandalismo. Algunos malhechores han tomado los galones y agujerado la parte inferior del galón para que el agua se derrame y volverlos inservibles.

 

“ No hacemos nada ilegal. No promovemos en hacer un acto ilegal tampoco. Solo ayudamos a mantener vivos a quienes necesitan agua en el desierto. Es la gran diferencia. Puede ser un mexicano, un agente de la Border o un excursionista, hasta un esquimal perdido tiene la libertad de tomar esta agua que ofrecemos a los necesitados” me explica Laura.

 

En cuanto a la migración Laura opina, “Nos toca profundamente que un ser humano se arriesga a hacer eso en busca de un mejor futuro. Sigue pasando y seguirá pasando. No podemos cambiar las cosas, eso es algo que tienen que arreglar los políticos y los países. Pero estamos haciendo nuestra parte, para evitar que sigan muriendo inocentes”.

 

La temporada de calor ya se empieza sentir en la frontera norte del país. Desde finales de marzo hasta octubre funcionan las estaciones de agua de los Water Station. Apenas el fin de semana pasado, los voluntarios tenían como meta instalar 40 estaciones, sumando con las 100 que tenían que rellenar. 

 


El Dr. Hunter espera llegar a las 200 estaciones para este verano, que se pronostica, puede llegar a ser uno de los peores veranos en años.

 

La satisfacción esta en saber de que su buena obra salva vidas. Han encontrado en las estaciones monedas de a peso como pago simbólico, y incluso recados de mexicanos agradeciendo el corazón de aquellos que dejaron esa agua en su camino.

 

En la camioneta de la organización se ven la pareja del Dr. Hunter y Laura regresar después de instalar varias estaciones desierto adentro. Las flores del ocotillo aun florecen y el viento tiene una frescura agradable. A lo lejos, se ve el sol que poco a poco ira incrementado su baño de calor en estas tierras desérticas. Otro verano mas vendrá,  migrantes mas cruzaran, y todos esperamos, que las estaciones de agua de este heroico grupo de voluntarios humanistas eviten otro verano marcado con muerte.