Camaron que se Duerme, Amanece en tu Coctel


Y entonces Bubba le dijo a Forrest,¿ sabes de cuantas maneras se puede preparar el camarón?, y sin esperar respuesta empezó el dictado, puedes hacer camarones al ajillo, camarones al chipotle, camarones en aguachile, camarones en un coctel, espagueti de camarones, camarones mariposa, camarones a la mantequilla, camarones costa azul, tacos de camarón, camarones fritos, brochetas de camarón, chicharrón de camarón, camarones rancheros, hamburguesa de camarón, caldo de camarón, ceviche de camarón, burritos de camarón, sándwich con camarón, camarones pelados con chile, mariscada con camarón, botana de camarón, camarones salados, ensalada de camarón, camarones a la plancha, verduras cocidas con camarón, arroz frito con camarón, chow mein con camarón, camarones con papa, tostadas de camarón, quesadillas de camarón, camarones endiablados, camarones con cebolla, demonios hasta camarones crudos. Bueno creo que esas son todas.




A la orilla del estero está retacado de pangas. Varas de madera enterradas en el lodo sirven para amarrarlas en su respectivo casquete de estacionamiento. Allí dedican sus labores a la pesca de camarón y de jaiba. Chinchorreros dormidos en sus hamacas, que por pura costumbre son las redes que habían dejado de usar, como si todo tuviera más de una vida de uso, en especial los chinchorros. Aquí son mas wevones dice mi tío, y cuentan de otras formas que usan para pescar. Ya verán. Están los chinchorreros, esos que ya les conté. Me tomo una cerveza y me distraigo por la descabezadera que tiene una mujer con varios kilogramos de camarón. Atrancadas están las changueras, pangas que usan redes en forma de cono, la cual jalan con la panga por los rumbos de la corriente. Lo malo de este método es que allí entra de todo, tortugas marinas, sardinas, botes de plástico y demás animalitos que tengan la mala dicha de pasar por el rumbo de la changuera. Pero su ancestro de pesca, y quiero creer que de todas las pangas que ahora se manejan con combustibles fósiles, es la suripera. A que la suripera, bendita barcaza, con sus puntas de bambú y la estaca de su mástil amarrado con mequate de ambas puntas. Sabes lo que hacen, suben la vela, dejan que los lleve el viento, dejan ir su red, dejan que agarre lo que la corriente traiga con ella, manchas de sardina y crustáceos diversos. Ponen su televisión con la antenita hecha con un gancho viejo y acomodan una hielera con caguamas. Casi no tienen que hacer nada, el mar y el aire hacen todo. Ellos nomas dejan ir la red y la recogen, después llegan a costa y la pesan. Eso si que es trabajar para vivir, no vivir para trabajar.



Son 8 kilos de camarón, a 50 pesos (aquí pagan menos). Son 8 pesos por el kilogramo de jaibas que saquen de sus jaulas. Son 18 pesos por la caguama, y cuesta casi nada sentarte en un tejaban de madera para tomar la flojera en liquido. A que los pescaderos, ¿no Rogelio? Apenas son las 2 de la tarde y ya todos regresan. Las mujeres ayudan a descabezar el camarón y separarlo por tamaños. El hombre los pesa y les paga. El camarón es puesto en el hielo y viajará de regreso a Los Mochis. Unos cuantos terminarán remojados en el agua rojiza del clamato y la almeja con pulpo en el coctel de Topolobampo. Unos serán regalados a familias y autoridades, (gajes del oficio) y los demás, obtendrán pasaporte internacional para ser comido en algún otro lugar.






Toda una temporada de camarones se empieza así, con días así, húmedos como un sol en sauna. Comeremos 3 guisados diferentes de camarones con Oscar, el líder de la cooperativa Aguilita del Colorado y llegará el momento en que yo, que casi nunca tengo la oportunidad de comer tanto camarón, de negar un camarón en aguachile por que he comido a niveles mayores que los conocidos como gula. Así es aquí en el Colorado, tiempos de bonanza, y yo, como los demás, pues disfrutamos de ese camarón, que desde lejos no pudo pasar mas allá de una panga que descansaba con una red atorada en su camino. Bien dicen por ahí, camarón que se duerme, aparece en tu coctel.

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