Déjame diseñar. No hables tan fuerte, el silencio es nuestro templo; no ríen, graznan; nadie respeta en estos tiempos. Nomás me duermo y pierdes control de ti, no serías nunca capaz de llegar a donde estas sin mi ayuda, y aún asi no hemos terminado con esto, aquí hay mucha basura, tanta inutilidad, nadie de tus compañeros sirve para nada, conmigo, tú y yo somos más grandes que nadie. Olvídate de tu enfermedad, deja de preocuparte por ella, es una idea de tu mente, quiero que enfoques todas tus desdichas a la inmundicia que se sienta frente a ti, escoria, no saben las normas, éstas, nuestras reglas son las que dios quiere para que las cosas salgan a la perfección. Sabes, y si no se cuadran entonces están mal. Ódialos, si eso, eso querido, deja que esa furia llene desde los dedos hasta tus pestañas, si, si, así, deja que la bilis alimente cada uno de tus órganos, que cubra tu corazón con el néctar lechoso de la supremacía. Eres el mejor, junto a mí, llegaremos más allá de la cima.
Dos días después.
Como es posible que los aguantes, riéndose de pendejadas, incapaces de mantener un silencio prolongada, detéstalos, no sirven de nada, mira sus diseños, mira sus letras, tan burdas, juegos de niños que juegan a grandes: un diseño tuyo, y dios haría rentable su empresa.
Una semana después.
(Seguido de la discusión con el asistente creativo) ¿Qué dice? Que nomás quiere que todos estén felices, dile que aquí venimos a trabajar , no a ser felices.
Aquí venimos a trabajar, no a ser felices.
¿A, sigue? ¡¿Qué venimos a trabajar y ser felices?! De dónde saca tantas patrañas, pues en que planeta se arrastra, cómo se atreve acaso a profanar nuestro espacio con sus palabras, el niño se quiere brincar al patio del sultán, debería hacerlo respetar-te tal como eres, honrarte, que llanamente se adapte a las circunstancias. Esta puta ira, felicidad, palabra vacía, inexistente, furia, sangre, vivo, él que vive en su propia mentira, tus labios en brea, dile que tú, tu nunca eres feliz.
Minutos después.
Esto, esto que miras en la pantalla es caca, y esto que haces con ella es partir caca.
Mira pero que diálogo tan maestro, sublime ¡hasta se me paró! eres detestable, malvado, lo has herido de muerte, velo alejarse, desangra, eres campeón, que importa cómo te miren, nadie está en lo correcto, nunca te preguntes por los demás, aquí solo somos tu y yo.
Muchos años después
Eres un amargado, ya ni siquiera sales, eres blanco como la esposa de la muerte, un cadáver viviente, no alcanzamos nada, y por tu culpa nos hemos quedado solos. Te sometieron como él débil que eres, haberlo sabido, era temor, temor al tiempo, temor a todo lo que viene por delante y por detrás, si hubiera leído bien el instructivo nunca de los nuncas habría escogido este cuerpo para mis planes, aquí te dejo, cosa, muere solo.
2 comentarios:
"Eres un amargado, ya ni siquiera sales, eres blanco como la esposa de la muerte, un cadáver viviente, no alcanzamos nada, y por tu culpa nos hemos quedado solos"... moriré sola.
se me paro el corazon..........vuelvo a escuchar latidos
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