asi los peces se reproducen y desean vivir,
tanto como una madre y un padre con su familia.
Por ello inventamos la veda, regalamos un tiempo para
que esten juntos y al menos tengan un rato
de convivencia antes del pececausto.
El fin justifica el medio. Necesitamos alimentos.
Si hay hambre, no hay veda que valga.
Luego el pescador sale con el chinchorro listo,
y despues de 6 horas sólo zapatos y dos peces
con cara de perdidos quedan entre las redes.
Asi se acaban las cosas.
A mi siento que se me secan las palabras,
mi avión se estrelló en el desierto...
sólo espero que un niño vestido de príncipe
me haga preguntas que vuelvan a sorprenderme...